No es nuevo, pero sí cobra importancia la insistencia que ayer manifestó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al afirmar que le "encantaría" presentarse a un tercer mandato a pesar de que la Constitución lo prohíbe.
La razón es simple: la 22ª enmienda de la Constitución de EEUU decreta que "ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de presidente más de 2 veces".
Fue aprobada en 1947 y ratificada en 1951 después de los 4 mandatos que consiguió el presidente Franklin D. Roosevelt en 1932, 1936, 1940 y 1944.
El tercer mandato... ¿es posible?
Entonces... ¿por qué Trump aspira a ese cambio? Porque no es imposible legalmente. Al igual que en 1947 se aprobó esa enmienda, se puede aspirar ahora a modificarla.
Desde las filas republicanas hay división: muchos creen que cambiar la Constitución sólo para calmar las aspiraciones de Trump supondría un peligro para el futuro de la nación y sus pilares, pero otros miembros del partido no o ven con malos ojos. La razón está clara: con Trump creen que tienen poder asegurado para rato.
Por eso, el camino es claro: presentar una iniciativa para una enmienda constitucional que permita un tercer o incluso más mandatos de una misma persona al frente de la Casa Blanca.
¿Qué es necesario?
Eso sí, no es tan sencillo: hace falta un consenso casi completo a nivel legislativo: para que se aprobara tal enmienda, Trump y los republicanos tienen que conseguir una amplia mayoría: al menos 2 tercios de la Cámara de Representantes y del Senado. La otra alternativa es el consentimiento de 2 tercios de los 50 estados del país.
No es el caso: Trump y los republicanos controlan las 2 cámaras del Congreso, pero no con tanta holgura: no llegan al 55% de la mayoría. Lo mismo ocurre en el control de gobiernos estatales: sólo tiene 27 de 50 a su favor.
Por eso, desde el entorno de Trump no esconden que mantener viva esta posibilidad es sólo un intento por conservar la relevancia del presidente, porque tradicionalmente, cuando en EEUU a un mandatario le queda poco de vida útil, comienza a ser opacado por opositores. En este caso, al ser su segundo mandato, no continuado (estuvo en el poder entre 2017 y 2021), ya se postulan los posibles sucesores.
Vance-Rubio o... tercer mandato sorpresa
El mismo Trump no escondió ante la prensa que el tándem que plantean JD Vance y Marco Rubio le satisface y de hecho los ha 'bendecido' como dignos sucesores. El primero es su actual vicepresidente, de cariz ultraconservador, y el segundo es su secretario de Estado, encargado de la política exterior.
Pero ojo: según algunos expertos no descartan cualquier extravangancia política de Trump: se habla de que se están valorando fórmulas que escapen a la ley y alguna sorpresa en ese sentido. Sería, en todo caso, un auténtico golpe de Trump a los pilares constitucionales de la nación. Una cosa está clara: Trump no quiere desvanecerse y que llegue su hora. Luchará hasta el final por ser el gran protagonista mundial hasta el último día en que pueda librar esa batalla.
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