"Los hijos de Siria no pueden y no deben soportar otra ola de violencia"

En Idlib, al noroeste de Siria, hay más de un millón de niños exhaustos y temerosos por la guerra, la incertidumbre, la violencia y el desplazamiento. Muchos de ellos se han visto obligados a huir, algunos hasta siete veces. Muchos de ellos se han visto obligados a huir, algunos hasta siete veces. La mayoría viven en campamentos y refugios masificados en áreas rurales. La comida, el agua y los medicamentos son extremadamente escasos. La escalada de la violencia tendrá consecuencias catastróficas en la provincia, que ya acoge a una de las comunidades desplazadas más grandes de Siria.

Sara tiene 14 años. Dice que el tiempo precioso que pasa en la escuela se ha convertido en su único refugio: "Voy a la escuela solo una o dos veces por semana. Todas las ventanas están destrozadas y no hay agua limpia". Con el temor creciente a un repunte de violencia, los niños en Idlib serán seguramente los primeros y más afectados, como ya ha ocurrido en otras partes del país.

"Los niños de Siria nos han contado a UNICEF que ya han tenido suficiente. Instamos a los combatientes, a quienes tienen influencia sobre ellos y a quienes participan en el proceso politico, a priorizar a los niños por encima de cualquier otra consideración", ha dicho Geert Cappelaere, director regional de UNICEF. "Los hijos de Siria no pueden y no deben soportar otra ola de violencia, otra batalla feroz ni mucho menos más asesinatos".

UNICEF pide que se respeten los derechos de los niños sirios por encima de cualquier otra consideración, sobre los logros y agendas políticas, militares y estratégicas. El destino de los niños y el futuro de Siria dependen de eso.