El fuego se declaró en la madrugada del 13 de abril y las llamas se extendieron rápidamente por la estructura de madera del edificio, donde en ese momento pernoctaban más de setenta personas.
Hasta ahora se hablaba de veintidós víctimas, una cifra que ha aumentado tras el análisis de los restos humanos encontrados en el inmueble.
Algunos de los afectados denunciaron que las salidas de emergencia estaban bloqueadas, mientras que otros lamentaron que los bomberos careciesen de escaleras capaces de alcanzar el tercer piso, lo que obligó a algunos de los indigentes a saltar para salvar la vida y, por ello, hubo varios contusionados.
El Gobierno polaco, que prometió ayudas millonarias para las víctimas del incendio, ha comenzado una detallada inspección de todos los albergues de este tipo existentes en el país.
Mientras, la Fiscalía polaca continúa su investigación para determinar las causas del fuego, todavía desconocidas.