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San Isidro. 23ª de Feria

Los victorinos tampoco sirvieron

Los victorinos tampoco sirvieron

6 toros de Victorino Martín bien presentado, juego distinto, escasos de fuerza.
Diego Urdiales: Silencio, silencio
El Cid: Palmas, silencio.
Iván Fandiño( que sustituyo a El Fundi): silencio, silencio

domingo 31 de mayo de 2009, 10:25h
Una tarde más los aficionados llenaron los tendidos de las Ventas, y una vez más lo hacía con la ilusión de ver algo digno de mención; pero otra vez más salieron decepcionados de la plaza.
Muchas eran la esperanzas, dado el mal juego, salvo algunas excepciones, que han dado las ganaderías lidiadas en esta feria; todos se agarraban a la esperanza de los victorinos, pero en esta ocasión salieron defraudados, no fueron nada del otro mundo, aunque, incluso con su soso comportamiento sigan marcando diferencias con los aborregados de otros encantes.
Diego Urdiales en el que abrió plaza realizó la primera parte de su faena con la mano diestra con cierto temple y calidad, que el respetable jaleo; con la izquierda los naturales fueron muy forzados por el comportamiento del toro que buscaba, volvió a torear con la diestra y los pases  fueron de cierta gracia. Mato mal. En su segundo solo pudo mostrar voluntad pues el toro se rajó pronto. Mato de pinchazo y estocada. Sus dos actuaciones fueron silenciadas.

    El segundo toro fue el des espejismo, pues El Cid le recibió con una buena tanda de lances a la verónica y una media con hondura. El toro derribó en su primer encuentro con el piquero. El Cid volvió a estar inspirados en el quite por verónicas y  puso el toro a una mano. Segunda vara galopando el toro, aunque tardo en decidirse. A todo esto, El Boni estaba realizando una excelente brega y Alcalareño puso dos pares muy toreros y en lo alto, y tras desmonterarse el subalterno, El Cid comenzó su faena de muleta con la mano derecha; pero el toro blandea y en la siguiente tanda desarma al torero, y a partir de aquí todo se desvaneció y se convirtió una vulgaridad. Mató de estocada y escuchó palmas. En el que hizo quinto, las cosas empeoraron, pues ante un toro flojo El Cid se empeñaba, incluso pedía paciencia al respetable; y este respondía protestando por su pesadez y vulgaridad. Mató de estocada defectuosa y tres descabellos, silenciándose su labor.

    Ivan Fandiño, que entró en el cartel sustituyendo a El Fundi, se le silenciaron sus dos actuaciones. En el tercero su labor no pasó de voluntariosa; pero el toro que no tenía un pelo de tonto se orientaba. Mató de media y descabello. Tampoco dio ningún tipo de facilidades el que cerraba plaza, un victorino de los más listos de la clase que despreciaba la muleta; también lo intentó pero con más torpeza y desconfianza.

    Esta feria ha traído nuevos comportamientos de los aficionados que han encontrado en la comunicación un nuevo modelo de expresar sus opiniones, ya no hace falta tener un vozarrón para que todo el mundo se entere, han llegado las pancartas para manifiestarse claramente y sin esfuerzo. Esta tarde, en la última del ciclo isidril, una de ellas decía: “Vaya mierda de feria”.  Y no le faltaba razón.
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