Los consejos de administración de las dos aerolíneas aprobaron, en la noche de este jueves, la firma de un acuerdo vinculante que fija las bases para la fusión, que prevén completar a finales de 2010, y que esperan que genere unas sinergias de aproximadamente 400 millones de euros, adicionales a las que ya obtienen de la explotación conjunta de las rutas entre España y Reino Unido. El coste total de la operación será de 350 millones de euros.
De esta manera, culmina un proceso que se inició hace algo más de un año, cuando los presidentes de ambas compañías anunciaron su intención de fusionarse. Entonces, la ecuación de canje prevista era del 70% para British, y el 30% para Iberia, Pero la crisis ha modificado los planteamientos. La aerolínea británica ha registrado fuertes pérdidas entre abril y septiembre de 238 millones de euros y su fondo de pensiones se encuentra al borde del rescate por parte de las autoridades británicas.
Mientras tanto, Iberia tampoco está para tirar cohetes. Las pérdidas del primer semestre se elevaron a 165,5 millones de euros a las que hay que sumar, ahora, los 16 dejulio a septiembre. Era normal que el núcleo duro del accionariado, en el que, precisamente se encuentra British Airways, decidiese exigir al presidente,
Antonio Vázquez, la agilización del proceso de fusión. Conviene a todos. Incluso a Caja Madrid.
Miguel Blesa, en calidad de consejero de la compañía, sabe que tiene que presentar a la Asamblea General de la Entidad, unos resultados lo más espectaculares posibles en la "inversión estrella" durante su mandato, la de la OPA que permitió la privatización total de la aerolínea.Y bien que los presentará. Caja Madrid se convierte en el primer accionista de la compañía resultante de la fusión, con el 10,3% del capital.
En los ambientes económicos madrileños se sabe que las diferencias entre
Esperanza Aguirre y el presidente de Caja Madrid que han desembocado en su relevo por
Rato, se originaron a raíz de la política de inversiones llevada a cabo por el equipo gestor de la Caja, y en especial, la de Iberia.
Está claro que a todos conviene una fusión cuyas sinergias o ahorros de costes se cuantifican en 400 millones de euros al tiempo que se destaca el aumento de tamaño que cobra mucha importancia en este caso. La fusión va a dar lugar a un holding con una capitalización bursátil de unos 5.000 millones de euros, por delante de Air France-KLM y a la par que Lufthansa. BA vuela a 148 destinos y cuenta con 33 millones de pasajeros. Iberia tiene 117 destinos y 28,5 millones de pasajeros. La plantilla de la británica asciende a 40.000 empleados y la de Iberia a 25.000.

finalmente, la ecuación de canje queda en 55% para la British y el 45& para Iberia. La empresa española cede del orden de dos puntos que le correspondería si se aplicasen las acvtuales capitalizaciones bursátiles, 2.115 millones para la española y 2.760 millones ka británica. Todo sea por crear la tercera aerolínea mas grande del mundo.
No obstante, Iberia se ha reservado el derecho a resolver el contrato de fusión si el acuerdo final entre BA y los administradores de su fondo de pensiones --que acumula un déficit de 3.100 millones de euros-- no es "razonablemente satisfactorio" para la aerolínea española en el caso de que implique un "empeoramiento significativo" de las premisas acordadas.
Además, ambas partes ha acordado fijar una penalización de 20 millones de euros para determinados supuestos de ruptura del acuerdo, que se incluirá en el acuerdo de fusión.
TopCo será una compañía española con domicilio social en Madrid donde celebrará las reuniones de su consejo y las juntas, mientras que la sede financiera y operativa del nuevo grupo estará en Londres, donde se ubicarán las principales funciones de la nueva compañía, que también dispondrá de oficinas en Madrid. Una vez culminada la fusión, TopCo tendrá su sede en España a efectos fiscales.