El PSOE ha hecho pública una encíclica laica, respuesta a la de los obispos, y mantiene su interés en alcanzar el Estado laico –no el aconfesional, que es el de la Constitución-. Es posible que Zapatero y muchos en el PSOE crean que su gran contrapoder no es el PP sino la Iglesia Católica y que hay que desamortizar esa religión y esa cultura que forman, por historia y por valores, la esencia no de España sino de Europa. Contemplan la religión como barrera en lugar de la religión como trascendencia del hombre. En el fondo estamos hablando de sustituir una religión, la católica, por otra, el laicismo y excluir a la religión católica de la esfera de lo público. Es un debate rancio, del siglo XVIII, de la Ilustración, pero en lugar de impulsar la sociedad civil, se opta por el laicismo. Casi todos los “ismos” tienen más riesgos que ventajas, pero eliminar la trascendencia y el sentido espiritual de los hombres es una forma de empobrecernos a todos y de hacer una sociedad más fácilmente manejable. Es un asunto serio, pero conviene no tomarlo por la tremenda. Al fin y al cabo, los partidos, y el PSOE especialmente comparten muchas cosas con la Iglesia Católica, con la que, al mismo tiempo negocia y trata de encerrar en los templos. El PSOE tiene Papa -Zapatero-, cardenales -Chaves, Bono, Ibarra, Maragall-, obispos -Rubalcaba, Blanco-, y curas y fieles, laicos por supuesto. Sólo les faltan jaculatorias. Ahí van algunas, por si acaso:
Santa Educación para la Convivencia, (antiguamente Formación del Espíritu Nacional), adoctrínanos a todos.
San Pensamiento Único, llega a todos hombres y hombras, mujeros y mujeras, jóvenes y jóvenas, periodistos y periodistas.
Santa II República, el bien de todos los bienes sin sombra de mal alguno.
San Vídeo anti PP, descubre la verdad a los descreídos.
Santa Memoria Histórica, que dios nos coja confesados.
San Estado laico, hazlo todo por los ciudadanos, pero sin los ciudadanos.
San Políticamente Correcto, ruega por los descarriados, los descontentos, los revolucionarios y los que piensan por sí mismos.
San Fidel, San Evo, San Hugo y San Teodoro, que vuestra sabiduría democrática nos ilumine.
Santa Constitución, que en tu nombre podamos defender una cosa y la contraria.
Beato Pepiño Blanco, confunde a tus enemigos como a ti mismo.
Amén.