El verano de 2025 será recordado como uno de los peores en materia de incendios. Y es que según los datos, cerca de 300.000 hectáreas se han calcinado en menos de un mes tras los múltiples incendios, especialmente en Castilla y León, Galicia y Extremadura, entre otras regiones. La mayoría son provocados y ya se ha detenido a varias personas.
Las autoridades han detenido ya a 33 personas y como investigadas figuran ya 93 por los fuegos desde el pasado mes de junio.
Las negligencias están detrás de la mayoría de incendios
Las estadísticas señalan que más del 90% de los incendios se deben a la acción humana. La mayoría son provocados. Una de las últimas detenciones que ha trascendido es la de un menor en Santiago de Compostela ausado de originar hasta 7 fuegos.
También se ha conocido la detención de otro hombre por el incendio de Oímbra al que se le ha decretado la prisión provisional. Otro caso destacable es el de un hombre que trabaja en la extinción de incendios y que provocó uno en Ávila que calcinó más de 2.000 hectáreas. Fuego en el que después fue contratado para actuar.
Al hablar de fuegos intencionados se piensa generalmente en el perfil de un pirómano o de una acción por determinados intereses. Pero lo cierto es que en los incendios intencionados, aquellos que tienen la mano humana detrás, también se encuentran las negligencias, que son los casos más habituales.
¿Se castiga la negligencia?
Según los datos del Gobierno de 2023, los incendios generados por negligencia representaron el 68% del total, mientras que el 19% fueron intencionados.
Y es que es más fácil provocar un fuego de forma negligente de lo que uno cree. Fumar en zonas forestales, encender barbacoas en zonas o tiempos de riesgo (como ahora en verano), utilizar maquinaria agrícola que, con el calor, puede prender una chispa rápido en el campo, acampadas prohibidas que acaban con la zona en llamas...y un largo etcétera.
Es cierto que los fuegos intencionados se castigan de forma más dura (hasta 20 años), pero las negligencias también pueden pagarse con multas cuantiosas e incluso cárcel.
De hecho, las autoridades pueden multar ante infracciones graves incluso si la actividad no deriva en incendio. Si la imprudencia acaba con fuego, la multa puede llegar al millón de euros.
Las imprudencias graves se pagan
Pero las imprudencias graves pueden suponer penas de cárcel si el resultado es un incendio. Penas que oscilan de 1 a 3 años.
Desde Legálitas han puesto algunos ejemplos de incendios causados por negligencia que han acabado con sus autores condenados y ninguno era un pirómano: Un ganadero en Galicia que fue condenado a 2 años de prisión y 150.000 € de indemnización tras quemar maleza sin permiso, lo que causó un incendio que afectó 70 hectáreas. O el caso de un agricultor en Andalucía sancionado con 30.000 € por usar una desbrozadora sin protección en época de riesgo alto, lo que originó un incendio de 25 hectáreas.
Volviendo a los incendios actuales, destaca también la detención de un hombre como causante de un fuego en Zamora que arrasó 4.000 hectáreas y simplemente depositó unos vidrios en un lugar no permitido que con el efecto lupa del sol provocó las llamas.