De todas las virtudes que me adornan (un montón según mi abuela, pocas según mi madre), entre ellas está la empatía, o sea la capacidad de entender el sufrimiento y los pesares del ser ajeno a mí persona. Por eso hoy me siento profundamente solidarizada con Rafael Ansón (presidente de la Academia Internacional de Gastronomía) al que me he encontrado este mediodía en el restaurante NODO de la calle Velázquez de Madrid presentando una guía de la Comunidad de Madrid (ed. Everest) que versa sobre los restaurantes más chulis de Madrid y alrededores. El pobre Rafael Ansón ha hecho un descomunal esfuerzo por llegar a tiempo a presentar dicho acto y digo que me solidarizo con él porque (angelito él) ayer tuvo que cenar en el Bulli de Ferrán Adriá (saben ustedes que está en Gerona) y cogerse un avión tempranero esta mañana para acudir a esta presentación. Lo que significa que ha dormido pocas horas. No me digan ustedes que no es para compadecerse de él.
Pues bien Rafael Ansón ha cumplido con su labor de presi de la Academia Internacional de Gastronomía y ha dado un discurso de los suyos de esos que no tienen desperdicio. Probablemente porque estaba en el acto Concha Guerra, viceprersidenta de cultura y turismo de la comunity que gobierna ESPE, dijo maravillas de Madrid. Por ejemplo, que en Madrid tenemos la mejor materia prima de España, lo que se traduce en que en Madrid están los mejores restaurantes de España. No lo ha dicho pero seguro que lo piensa: en Madrid tenemos las mejores playas y puestos a ser los mejores, tenemos también los mejores atascos del mundo. Vamos que me río yo de la que se puede montar en el D.F. o en Nueva Delhi.
Pero vayamos al lío del libro que es por lo que se ha montado el sarao. El libro está dividido en secciones que atienden a lo que el restaurante ofrezca, a saber: cena para dos, hoteles urbanos, económicos, cena y copas, de tapas, brunch, abren hasta tarde, con espectáculo, históricos, con tienda, comedor…Todo lo que usted siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar. Muchos le suenan a la gente de toda la vida, otros a los que gustamos de hacer vida nocturna. De los de toda la vida, nada qué decir, porque para algo son de toda la vida. Ejemplos: Lucio, José Luis, Jockey, Lhardy, Horcher…pero de los hiper mega fashion como: Ramsés, pan de Lujo, Astrid y Gastón, Midnigth Rose, La Viuda Blanca…pues esta canapera tiene algo qué decir.
Para empezar, conseguir mesa es igual que pretender renovarte el DNI en media hora. Para continuar, muchos tienen atendiendo el teléfono a gente que balbucea el español (muchos son chinos) y que no se enteran de cuáles son tus peticiones (mesa de fumador o no…) Salvadas estas pequeñeces y cuando por fin consigues mesa el maitre te da una carta para la que has de tener un máster en la Sorbona para entenderla. Vamos que si te quieren dar solomillo con patatas fritas de toda la vida se inventan no sé qué palabras en francés siempre caramelizadas con algo y sobre base de algo que suele llevar arándanos o pétalos de algo o algas. Total, cien euros sin postre ni copas. Vamos que cuando sales preguntas que dónde vamos a cenar algo del hambre que tienes.
En este tipo de restaurantes hacen unas cosas muy raras, de repente te ofrecen de aperitivo un salmorejo sobre base de vainilla. Y esto es una faena porque con lo bueno que está el salmorejo ya son ganas de estropear la materia prima. Es como reescribir el Quijote. En fin que, en cualquier caso, todo el mundo tiene derecho a equivocarse y no seré yo la que les sugiera que no los prueben. Al fin y al cabo, como diría Ansón, en Madrid tenemos de todo. Y lo que no hay en Madrid, directamente no existe.