Adiós a las mascarillas: sólo serán ya obligatorias en farmacias, centros sanitarios y residencias

Ya es oficial: este martes, 7 de febrero, como estaba anunciado, el Consejo de Ministros ha aprobado la eliminación del uso obligatorio de las mascarillas en los medios de transporte públicos.

La orden será efectiva desde mañana, miércoles 8 de febrero.

Eso sí, como también se sabía, se mantendrá la obligatoriedad de las mascarillas en los centros y servicios sanitarios (clínicas, hospitales, centros de salud...) y en farmacias y botiquines, así como en los centros sociosanitarios (residencias de ancianos o personas con discapacidad) tanto para las personas que trabajan en ellos como para los visitantes.

Alerta menor por covid

La decisión se adopta en un momento de clara tendencia a la baja en los casos de covid, con el informe favorable de los expertos que forman la Ponencia de Alertas, Planes de Preparación y Respuestas y tras escuchar el pasado jueves al pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

Con todo, se aconseja el uso de las mascarillas a las personas que presentan sintomatología compatible con una infección respiratoria aguda y a las personas vulnerables.

También se recomiendan en espacios cerrados y en eventos multitudinarios, así como en el entorno familiar y en reuniones o celebraciones privadas, en función de la vulnerabilidad de los participantes.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, había adelantado que esta medida estaba cercana a mediados de enero, en varias entrevistas. Después, lo hizo oficial el pasado 26 de enero tras un acto de su ministerio, y ante las preguntas de la prensa.

Mascarillas, fieles compañeras

Durante estos 3 años de pandemia, las mascarillas nos han acompañado de manera intermitente en su profundidad de uso. Durante 2020 fue obligatoria siempre en los espacios públicos, incluida la calle, y en 2021 se volvió a recurrir a su uso en la vía pública ante el rebrote que supuso la variante ómicron, que tanto y tan duramente golpeó a España y a gran parte del planeta.

Ya en 2022 apenas se había mantenido obligatoria, salvo en casos como el transporte público, último lugar recurrente en el que dejará de ser imprescindible.

Continúa, sin embargo, la alerta de uso de cara a centros sanitarios, farmacias y residentes, ante la peligrosidad de los contagios en estos lugares ante las personas vulnerables que pueden estar presentes.