El ex vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, se ha declarado partidario de la concesión del indulto al ex presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, condenado a 6 años de prisión por el caso de los ERE. Al igual que los ex presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, respaldará la petición que traslade al Ejecutivo la familia del ex político andaluz.
En su visita a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Alfonso Guerra, ha explicado que todavía no ha sido solicitado el indulto, ya que la familia de Griñán espera a conocer el contenido íntegro de la sentencia del Tribunal Supremo, que le condena a 6 años de cárcel e inhabilitación especial por delitos de malversación y prevaricación por los ERE de Andalucía.
"Un grupo de amigos ha decidido hacer un listado de personalidades que apoyan, no solicitan, el indulto, y mi firma estará en ese documento", ha afirmado Guerra.
Su postura coincide con la expresada por los ex presidentes del Gobierno del PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que también respaldan el manifiesto de apoyo al indulto parcial a Griñán, y al que se han sumado otras personalidades históricas del partido.
Griñán, que también fue ministro en la etapa de González, ha sido condenado por el Tribunal Supremo a 6 años de prisión e inhabilitación especial. El tribunal sólo adelantó las penas, pero no el contenido de la sentencia ni de los votos particulares, que los hay en contra de esta dura pena para el ex presidente andaluz.
El PSOE, mayoritariamente, está convendido y defiende públicamente que Griñán es una víctima indirecta y que nunca tuvo conocimiento de la malversación que se estaba cometiendo con el dinero que aprobó para destinar a los parados de la región.
La petición de indulto de la familia se dirigirá a la ministra de Justicia, Pilar Llop, quien debe tramitarlo para que después el presidente lo considere en Consejo de Ministros, aunque la última decisión será suya.
El indulto a Griñán, una decisión difícil para Pedro Sánchez
Sánchez ya ha defendido públicamente que no comparte las culpas recibidas por Griñán, pero se resiste desde hace semanas a pronunciarse acerca de un posible indulto, ya que es consciente de la mala imagen que acarrearía, los nuevos problemas que se levantarían entre los socios parlamentarios -que ya han avisado de su malestar- y de que estamos en un año previo a la cita en las urnas en 2023. No se quieren más fallos de alto alcance ni poner piedras en las ruedas, pero el compromiso con el PSOE también supone un importante motivo de presión.
Los defensores de Griñán llevan a cabo una estrategia clara: el primer paso es que haya un indulto parcial para que la Audiencia de Sevilla suspenda la ejecución de la sentencia y el ex presidente andaluz no llegue a ingresar en prisión. Después, como segundo paso, se espera que el Consejo de Ministros resuelva un indulto total o que al menos lo estudie. El gran problema, convencer a los socios de Unidas Podemos.
Como es sabido, no está en el debate pedir un indulto para el antecesor de Griñán, Manuel Chaves, ya que sólo ha sido condenado a 9 años de inhabilitación, pero no a penas de prisión.
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