El PP llega a esta contienda para elegir al presidente del Congreso de la XV Legislatura con evidentes síntomas de derrotismo y sabe que el PSOE y el bloque progresista tiene ventaja para lograr esa plaza.
Pero es que además no se trata de un simple cargo de una institución política, sino que implica en muchas ocasiones una primera prueba de con qué mayoría cuentan determinados partidos.
Si Pedro Sánchez quiere seguir gobernando el país los próximos 4 años necesita del conjunto de todos las formaciones nacionalistas del arco parlamentario, y para elegir al presidente del Congreso (que será presidenta, en este caso), se evidenciarán las alianzas actuales y los apoyos con los que cuenta.
Ahora mismo las cosas están así para cada partido: el PSOE presenta como candidata a este importante puesto a Francina Armengol, ex presidenta de Baleares, que acaba de ser despojada de ese cargo en su tierra.
Los socialistas cuentan con sus propios votos (121), los 31 de sus aliados naturales, Sumar, además de los 2 partidos vascos: EH Bildu (6) y PNV (5). De hecho, se espera que un diputado del PNV tenga plaza en la Mesa del Congreso, que es el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
A estos 163 votos se espera que pueda sumarse el diputado del BNG (nacionalistas gallegos), pero de momento no se ha cerrado con resultado positivo las negociaciones con los grupos catalanes Junts y ERC, ambos con 7 diputados.
Las posibilidades del PP
Por contra, el PP eligió a Cuca Gamarra para aspirar a ese puesto del Congreso, y por ahora sólo cuenta con sus propios diputados (137), más los 33 de Vox y el de UPN. Se espera que Coalición Canaria, socio del PP en Canarias, pueda también aportar otro apoyo. Serían en total 171 o 172, en caso de que se sumen los regionalistas canarios.
Así las cosas, Gamarra tendría ahora mismo más posibilidades de ganar en segunda ronda, en la que es suficiente ganar con mayoría simple, teniendo más votos positivos que el rival.
ERC y Junts, claves
Por eso es clave que ERC y Junts aporten sus votos y que éstos sean afirmativos, no siendo suficiente su abstención. En el caso del primer partido, aunque se han hecho las habituales manifestaciones de reparo, se espera que finalmente los republicanos apoyen a Armengol, política que ha demostrado en 8 años en Baleares apoyar, por ejemplo, la diversidad lingüística en esa región.
Otra cosa es, claro, el 'disputado voto' de los integrantes de Junts. El partido de Carles Puigdemont, que han estado estos últimos años batallando con todos, gobierno de coalición progresista incluido, celebra a primera hora de esta mañana una reunión de su Ejecutiva para decidir el voto. Ahora mismo se desliga de lo que será el posterior voto hacia la investidura de Sánchez, pero tampoco está decantado hacia el bloque progresista. Una abstención haría presidenta del Congreso a Cuca Gamarra.
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