Muy hábilmente, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha intentado sembrar discordia entre los socios del Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, ofreciéndose como colaborador de los socialistas para hacer cambios en la Ley de libertad sexual, conocida popularmente como 'ley del sólo sí es sí'.
Feijóo, tras el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, explicó a los medios que exige un cambio urgente de la normativa al respecto de los delitos sexuales y que por ello ofrece al PSOE el “apoyo, rigor, sentido de Estado y sensibilidad del PP con las mujeres” si Podemos se opone.
Y es que en los últimos días ha quedado claro que ambos partidos del Ejecutivo central no coinciden a la hora de encontrar una solución a la ola de rebajas de pena que están realizándose en los tribunales como recursos de los presos que están condenados por delitos sexuales.
"Inaceptable"
Feijóo considera “inaceptable” que el Gobierno siga mostrando división en un tema que causa "bochorno" a la política y "tanto daño a las víctimas", por lo que exige que se asuman responsabilidades por las rebajas de penas e incluso la salida de algunos presos.
Por todo esto, el líder del PP se ofreció formalmente al Gobierno presidido por Pedro Sánchez, en clara alusión a su ala socialista, para reformar la ley, algo a lo que se resiste Unidas Podemos pero que reclama el PSOE, como acaban de dejar claro tanto hoy mismo el ministro Félix Bolaños como su compañera Pilar Alegría, en calidad de portavoz de la Ejecutiva del PSOE.
El PSOE propone a Unidas Podemos una pequeña reforma que suponga gravar las penas de delincuentes que hayan empleado "violencia" e "intimidación" en sus agresiones sexuales, algo que Podemos cree que abre la puerta a que vuelva a ignorarse el consentimiento de las mujeres como cuestión principal.
Además, Feijóo anunció que si es presidente del Gobierno, se compromete a mantener informado al líder de la oposición en asuntos que afecten a los intereses generales del país, algo que achaca a Sánchez por no hacerlo de manera sistemática. Afeó el “sectarismo y la opacidad” de Sánchez y abogó por un "gobierno tranquilo", que "abandone el sobresalto y la improvisación y que vuelva al cauce del respeto institucional".
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