Desde hace unos días un presunto felino blanco de grandes dimensiones estaba aterrorizando a una urbanización de Los Barrios, un municipio de Cádiz.
Unas fotos y vídeos corrieron por las redes sociales en los que aparecía algo similar a un felino blanco que parecía de gran tamaño.
En seguida saltaron las alarmas y se especulaba con una cría de tigre o de león, pues se descartó que se tratase de un montaje fotográfico.
No sería la primera vez que alguien tiene en su poder de forma ilícita algún felino de gran tamaño y acaba escapándose...
Misterio resuelto: un gato grande
El vídeo lo grabó un vecino de la urbanización y desde entonces las autoridades estaban buscándolo, pues no se sabía con exactitud si podía resultar peligroso.
El miedo llegó hasta tal punto que cuando apareció un ternero muerto, aparentemente devorado por un animal, lo achacaron al gran felino, pero el alcalde de la localidad, Miguel Alconchel, lo ha desmentido y ha aclarado que fue el ataque de un zorro.
Finalmente, tras días y días de investigación, el regidor ha corroborado que los análisis del Seprona han concluído que nunca ha habido peligro: "Según las pesquisas que han hecho y los análisis de imágenes creen que no ha habido tal felino".
El animal de las imágenes no era ni un león, ni un tigre ni un leopardo, sino un gato grande. "El asunto no era tan grave como se planteaba", ha subrayado el alcalde.
Y es que aunque parezca mentira, existen algunas razas de gatos realmente grandes, mucho más que los tradicionales domésticos. Por ejemplo una de las más conocidas es la Maine Coon, una raza de gatos que alcanzan casi el metro de longitud y superan los 10 kilos.
Otras son la Ragamuffin, el gato noruego o los gatos bengalíes. Razas bastante más grandes que los gatos normales y que, de lejos, podrían parecernos felinos peligrosos.
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