La noche del miércoles tuvo lugar el último gran acto de esta campaña de las elecciones generales: el debate final en TVE.
En él participaron Pedro Sánchez (PSOE), Yolanda Díaz (Sumar) y Santiago Abascal (Vox). La contienda se resumió en la sociedad que formaron los 2 primeros, para dar una imagen de solidez de cara a un posible nuevo gobierno de coalición, frente a un líder de la ultraderecha que estuvo muy solo al defender la alternativa de la derecha,
Pero, a diferencia del debate cara a cara entre Sánchez y Feijóo de 9 días antes, el debate fue más limpio, con ocasiones para confrontar ideas y exponer propuestas y los programas electorales, evitando los choques y las interrupciones que marcaron la anterior cita.
Sin embargo, este debate no estuvo exento de algunas mentiras, bulos y datos erróneos. Quien se llevó la palma en este capítulo fue, incontestablemente, Santiago Abascal.
Vamos a repasar las principales mentiras o datos fallidos que se dieron:
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Bildu y la reforma laboral
Abascal lideró la partida de las mentiras o del desconocimiento de importantes realidades como cuando aseguró que socios del actual Gobierno, como Bildu, había apoyado la reforma laboral de la que tan orgulloso se sentían sus adversarios en el debate. Tanto Sánchez como Díaz tuvieron que corregirle inmediatamente, porque ni los abertzales vascos ni los independentistas catalanes de ERC votaron a favor de la reforma. "Bildu votó con usted en contra de la reforma laboral", le recordó la ministra de Trabajo al líder de Vox.
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Los precios y la inflación
Abascal también quiso castigar al Gobierno por los precios, que tienen castigados a los españoles. Pero cuando dio datos de acumulación de subidas de precios, dio uno que no tenía mucha lógica: aseguró que desde que llegó este gobierno progresista, el calzado había subido un total del 22%. Pero según datos del INE ese aumento sería del 7%. Lo que ningún candidato explicó bien es que la inflación no debe ser mala 'per se', sino que es negativa para los consumidores cuando los precios suben más que los salarios y el nivel de vida, pero mientras hay crecimiento económico es normal que también suban los precios, mientras sea bajo márgenes contenidos. Que en 5 años el calzado suba un 7% es bastante intrascendente.
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La ley contra la violencia de género
Abascal continuó con mentiras cuando afirmó sin tapujos que no servía de nada la Ley contra la violencia de género que defendían PP y la izquierda, entre otras cosas porque no reducía la cifra de mujeres muertas. Pero no es así: según datos oficiales del Gobierno, desde que en 2005 prosperara el pacto contra la violencia de género comenzaron a reducirse los asesinatos de mujeres. Si en 2004 murieron 72 mujeres a manos de hombres, en 2005 lo hicieron 57. En 2006, 69, en 2007 71... En la década posteiror se estabilizó esta cifra anual a una media de unas 55 víctimas. Con este gobierno y el impulso a políticas contra la violencia machista, se siguen reduciendo: en 2022 murieron 49 mujeres y en lo que llevamos de año han sido asesinadas 28.
En este tema sí que hubo un capítulo de bulos y mentiras muy graves. Abascal dijo sobre la Ley Trans que daba pie a la mutilación genital, que cualquier hombre podría cambiar al género femenino fácilmente pese a ser un violador o para colarse en vestuarios femeninos. Además, afirmó que ponía en peligro los deportes femeninos porque cualquier hombre podía decir que se sentía mujer y competir en esa categoría. Se trata de la misma batería de bulos que ya han sido desmentidos en varias ocasiones, como aquí en Diariocrítico. Abascal también dijo que se había dado un caso de un hombre que arrebató una plaza de empleo público femenino definiéndose como mujer. Es cierto que en Torrelodones, Madrid, hubo un intento, pero al final fue desestimada la intentona de este hombre. En cuanto a otros datos, por resumir: la mutilación (operación de cambio de género biológico, en realidad) y la medicación precisamente es lo que se quiere evitar con la Ley trans, al relajar los requisitos para que una persona pueda cambiarse de género en el DNI. Sobre los deportes a nivel profesional, la ley deja a las autoridades y federaciones fijar los criterios para que las personas trans compitan en la categoría adecuada, sin entrar en ello. El último bulo es que ahora los hombres maltratadores se definían como mujeres para evitar penas por violencia de género. La ley trata precisamente este tema con detenimiento: no se puede cambiar de género para eludir penas por agresiones anteriores y además, en todo caso, siempre esa persona será juzgada a tenor del sexo legal que tenía en ese momento. Por último, una mujer trans que pega a su pareja, ya sea mujer u hombre, se someterá a duras penas igualmente por violencia doméstica. Abascal también mencionó un caso delicado que era que un hombre pudiera entrar en vestuarios femeninos después de definirse como mujer. Eso sólo puede ser posible si ha finalizado su proceso y tiene un género nuevo validado en documento legal. Efectivamente, es una mujer, y tiene derecho a usar un vestuario femenino, al igual que sería incómodo para ella que usara uno masculino.
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Cierre de centrales y voladura de presas
Para combatir los argumentos ecologistas, Abascal defendió que había carestía de agua y que los precios de la energía se encarecían por las posiciones ecologistas de la izquierda. Llegó a decir que estos partidos cerraban centrales energéticas necesarias y que incluso volaban presas. Dio el ejemplo de la central térmica de Carboneras. Se cerró en 2021, sí, durante la etapa de este gobierno, pero la cerró su propietaria, la eléctrica Endesa por falta de rentabilidad. Otras que han cerrado o tienen agenda de cierre lo harán por la misma postura de sus empresas propietarias. En cambio, estas compañías son las primeras interesadas en construir nuevas, de energías renovables. Crearán empleo y riqueza por la inversión planificada. En cuanto a lo de volar presas, no es cierto, sino que es un bulo repetido en internet. No se han volado presas, sino que se han instalado barreras fluviales y se han hecho reformas.
El presidente del Gobierno defendió un dato bastante discutible. Sánchez llegó a afirmar en el bloque temático sobre economía, en el que presumió de cifras, que "nunca antes habíamos tenido tantos jóvenes empleados y la tasa de paro juvenil más baja". Pero este dato no es exacto, ya que había mejores cifras de empleo juvenil antes de la crisis financiera internacional (2008-2014) que ahora. Sí es cierto que las cifras han mejorado desde que llegó este gobierno, pero son números todavía bastante pobres.
La ministra de Trabajo y candidata de Sumar, Yolanda Díaz, quiso presumir de cifras de empleo en el campo, donde Vox es más fuerte. Pero dio unas cifras también engañosas. Afirmó rotundamente que hay más trabajadores que nunca en el sector de la agricultura, hablando de 750.000. Pero según la EPA (Encuesta de Población Activa), había más personas trabajando en este sector antes de la crisis internacional de 2008. Sí dijo la verdad sobre la cifra, puesto que se han calculado por la EPA en 748.200 los ocupados en el sector primario de la agricultura, pero en 2008 había unos 120.000 más. Díaz debió explicar que son datos positivos para un sector en declive por los cambios y tendencias económicas del mundo actual, pero no por ello son mejores que hace más de una década.
Díaz volvió a dar un dato discutible cuando se refirió con vehemencia al programa electoral de Vox. Aseguró que este partido planteaba limitar el derecho a huelga y a la negociación colectiva. La realidad es que más allá de lo que quieran hacer o piensen los miembros de Vox, su programa no reconoce abiertamente algo así. Sí es cierto que Vox, en ese programa, afirma que quiere prohibir "las acciones coactivas en las huelgas políticas", pero la acusación de la líder de Sumar estaría algo forzada.
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Ilegalizar partidos, acabar con la España de las autonomías....
Sánchez acusó a Vox de querer ilegalizar partidos como los nacionalistas, además de querer acabar con la España de las automías. Esto último supondría impedir que se hablen otras lenguas y acabar con el sistema pseudofederal con el que vivimos. La realidad es que en estos años varios dirigentes de Vox han afirmado estar a favor de estas posiciones, pero su programa electoral no lo contempla explícitamente. Habla de proteger el español y que no haya tanto peso de las autonomías, pero no llega a expresar una posición tan extrema de manera concreta.
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