La Mesa del Congreso, primera gran batalla postelectoral entre PP y PSOE

El 17 de agosto comienza una de las legislaturas que se anticipan más broncas y complicadas.

Y es que en una semana se renovarán las Cortes Generales tras los resultados definitivos de las elecciones del 23-J.

Los cargos electos, designados por los ciudadanos españoles, tomarán posesión de sus escaños y comenzará así la legislatura.

Como era de esperar, los resultados del 23-J dieron lugar a un Congreso fragmentado y sin mayorías absolutas, por lo que las negociaciones entre los partidos son claves para designar al nuevo (o conocido) presidente del Gobierno.

Mientras el PSOE negocia para lograr los apoyos necesarios con el bloque de izquierdas, el PP sigue enrocado en que gobierne la lista más votada, aunque sus apoyos (salvo Vox) le han dado calabazas.

Pero antes de la votación de investidura comienza otra batalla: presidir la Mesa del Congreso de los Diputados.

Anticipo de la votación de investidura

Los 2 grandes partidos desean controlar la Mesa del Congreso, es decir, la Presidencia. En total son 9 los puestos que conforman la Mesa de la Cámara.

Los 350 diputados electos decidirán con sus votos la Presidencia del Congreso, las 4 vicepresidencias y las 4 Secretarías. Unas votaciones que son totalmente secretas.

Estar en esa Mesa es clave para la legislatura que se aproxima y servirá de termómetro de cara a la investidura, pues en estas votaciones se podrá anticipar los apoyos y las divisiones.

Pedro Sánchez podría obtener mayoría en la Mesa si Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG cierran un acuerdo con el PSOE, su gran deseo, pues significaría más posibilidad de entendimiento de cara a la votación de investidura.

Y de nuevo, como en las aspiraciones para ser presidente, los partidos nacionalistas tienen un peso clave.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo tiene algo más complicado ya que la suma de la derecha da 172 votos, un número insuficiente para alcanzar la mayoría en la Mesa.

La presidencia de la Mesa se elige por mayoría absoluta en primera votación o por mayoría simple en la segunda, por lo que las negociaciones estarán muy reñidas y las pequeñas formaciones tendrán un papel clave para decantar la balanza hacia un lado o hacia otro.

Sea cual sea el lado al que finalmente se incline la balanza parece muy probable que uno de los grupos nacionalistas como ERC o el PNV tenga un puesto en la Mesa del Congreso.

Y es que tener presencia en este órgano sería muy positivo para dichas formaciones ya que les daría más relevancia parlamentaria y tener más voz en asuntos de relevancia, pues cabe recordar que la Mesa maneja los presupuestos del Congreso, toma decisiones sobre las comisiones de investigación o decide la urgencia de la tramitación de las leyes; entre otras cuestiones.