"El próximo 2 de abril tenemos cosas nuevas que contarte". Con este mensaje tan misterioso, Yolanda Díaz ha anunciado un nuevo y especial evento de su plataforma ciudadana llamada 'Sumar' para hacer un pronunciamento estelar.
Todos creen que ese día podría ser cuando por fin confirme, de manera oficial, que será candidata a la presidencia en las próximas elecciones generales, después de más de un año de consultas a la ciudadanía en los eventos de Sumar.
Hoy por hoy el reto sigue siendo el mismo: conseguir juntar a todas las formaciones de izquierda no nacionalistas en las urnas, en una misma papeleta, algo que muchos consideran una misión imposible. El 'cainismo' en el que siempre ha caído la izquierda española parece impedir que prospere ese proyecto tan ambicioso, con antecedentes recientes.
Malos precedentes
En las generales de 2019, hasta Podemos se fragmentó y aunque repitió en su coalición electoral creada en 2016 con Izquierda Unida (Unidas Podemos), nació un nuevo partido, Más País, de Íñigo Errejón, que consiguió atraer a partidos como los valencianistas de Compromís y a parte de los verdes de Equo para crear una coalición alternativa.
En las autonómicas andaluzas de 2022, Díaz impulsó, no de manera oficial con su nombre, la coalición izquierdista 'Por Andalucía', pero Podemos llegó tarde y no estuvo representado en las listas. Además, Adelante Andalucía se presentó al margen (izquierda andalucista), logrando por cierto buenos resultados. Todo lo contrario que la intentona de reunión, que apenas reunió al 7,70% de los votos. Adelante Andalucía se quedó en el 4,58%.
Ya ocurrió algo parecido en las autonómicas madrileñas adelantadas de 2021, con 'Más Madrid' arrasando como primer partido de la oposición, dejando relegados a Unidas Podemos y con una confrontación directa.
Con quién cuenta Díaz
Pocos cree que la idea de Yolanda Díaz pueda salir adelante. Podemos no quiere diluir su marca electoral en otras 'siglas' y otra papeleta, y en todo caso exigirá copar las listas, con los puestos altos y gran representación. Algo que la líder del proyecto, la vicepresidenta segunda y ministra gallega, no aprobará y frente a lo que no estará por la labor. Díaz pretende dar voz a otros actores de la sociedad y parece que sólo cuenta con el visto bueno de IU, donde Alberto Garzón ha dado todas las facilidades para formar parte sin grande exigencias.
Se espera, eso sí, que Más País/Más Madrid y Compromis también se comprometan sin demasiadas dificultades, así como los 'comunes' de Ada Colau desde Cataluña. La clave será, como decíamos, qué haga Podemos, que se niega a ceder el protagonismo después de ser el partido hegemónico de la izquierda desde 2015.
Podemos y sus reticencias
Mientras tanto, Pablo Iglesias, desde el programa 'Agora 25' de la 'SER', volvió a dar problemas a Díaz y aseguró además que no existen negociaciones entre Sumar y Podemos para elaborar las listas, algo que había dado a entender la vicepresidenta segunda que sí ocurría. Iglesias dejó a Díaz como representante y líder de Unidas Podemos en el gobierno de coalición, pero pronto se arrepintió de haberlo hecho, sobre todo sin consultar a las baes.
Las relaciones entre Díaz e Ione Belarra e Irene Montero, las 2 principales caras del actual Podemos, tampoco son las mejores e incluso han pasado a ser ásperas. Más allá de las diferencias por la candidatura común, en el partido morado no gusta la "tibieza" con la que a veces Díaz se comporta, bajo su criterio, en cuestiones de Estado y política internacional, plegándose a menudo con los socialistas y el presidente Sánchez.
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