Agujas para reivindicar un comercio justo

Durante tres horas, estas mujeres bordaron camisetas que repartieron entre los transeúntes, para invitarles a reflexionar sobre el origen de los productos que llegan a los comercios. Son todas trabajadoras españolas del sector textil, salvo Betty, ciudadana colombiana y con esta iniciativa ponen su granito de arena en la denuncia de las malas prácticas empresariales causadas por la globalización en el sector textil.

“Aunque no es el caso de estas mujeres, por que en España se respetan los derechos laborales, cada vez es más frecuente que el trabajo en el sector textil se deslocalice a países en los que no se respetan”, explicaron desde la organización.

Según la Coordinadora, el medio ambiente también es una víctima de la búsqueda irresponsable de beneficios económicos, ya que se incorporan a los productos pesticidas y sustancias químicas que perjudican la salud de los trabajadores y del planeta. Por ello, plantearon a los transeúntes interesados cuestiones como “¿Sabes que un trabajador en Pakistán cobra 0,4 euros por coser balones durante todo el día?”, o “¿Sabes que la naturaleza tarda más de un millón de años en producir el petróleo que consumimos en un día?”

“Acciones como esta producen un impacto muy visual que llega más fácilmente- explicó Silvia Sánchez, directora de la Coordinadora- El problema suele ser la falta de garantías sobre el origen de los productos en las tiendas tradicionales. Unas garantías como las que te da comprar en una tienda de Comercio Justo o consumir productos que llevan el sello FLO Internacional (que identifica este tipo de productos)”.