Por los pelos

   El Gobierno ha salvado los presupuestos en el último minuto y por los pelos. El PNV, que se sabía imprescindible, ha jugado sus cartas con precisión milimétrica. Su portavoz parlamentario Josu Erkoreka volvió de Bilbao con el texto de una enmienda a la totalidad  bajo el brazo y ha mantenido su órdago hasta que los socialistas han cedido, minutos antes de que se cerrara la ventanilla del Congreso.

   El precio ha sido la transferencia de competencias en materia de Investigación y Desarrollo, una vieja aspiración del PNV que sin duda va a poder vender en la próxima campaña electoral.

   En plena crisis financiera y con un paro alarmante, el ejecutivo necesitaba, más que nunca, que los presupuestos salieran adelante. La devolución habría supuesto una encubierta moción de censura a su gestión económica, sólo siete meses después de las elecciones.

   La desintegración de Izquierda Unida que ha dejado a Llamazares fuera de juego; las malas relaciones con ERC, que sin embargo es socio de Gobierno en Cataluña; el acuerdo de Coalición Canaria con el PP en las islas; y CIU, que todavía no ha perdonado la escena del sofá de Zapatero y Mas en Moncloa, interpretada como una promesa de facilitar la recuperación de  la Generalitat; están convirtiendo los pactos en esta legislatura en un imposible.

   El PP, maximalista como acostumbra a ser, asegura que los presupuestos están "muertos" y lleva exigiendo a Zapatero que los retire desde hace semanas a cambio de dar su voto al plan de apoyo a las entidades financieras. Las cuentas del Estado se han quedado viejas, ciertamente, porque la crisis avanza a una velocidad que ni los peores augurios podían predecir, pero, precisamente por eso, sería mucho más perjudicial para la economía que se prorrogaran los del 2008, con una previsión de gasto público imposible de mantener en las actuales circunstancias.

   Será en el debate parlamentario, con la participación de todos, y con las miles de enmiendas parciales que se van a presentar, donde se logre actualizar unas cuentas desfasadas por los malos datos de la realidad.

   Quien sale peor parada es la ministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia, que pierde otra de sus competencias, además de las que le discute a diario su compañero de gabinete Miguel Sebastián. Si tenemos en cuenta que en los presupuestos para 2009 la inversión para I+D+I tampoco experimenta una subida considerable es como para que tire la toalla.

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