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Accionistas de Anheuser-Busch Cos. Inc. aprobaron el miércoles la venta de esa cervecera, fabricante de las marcas Bud Light y Budweiser y la más grande de Estados Unidos, a la multinacional del ramo InBev SA, con sede en Bélgica.
La votación el miércoles fue un paso indispensable, aunque no el último, para cerrar el trato por 52.000 millones de dólares anunciado en julio.
August A. Busch IV, presidente y jefe ejecutivo de Anheuser-Busch, dijo que la decisión de vender fue difícil.
"Al final, la junta determinó que la propuesta de InBev es buena para los intereses de nuestros accionistas", dijo Busch en una declaración. "La fusión provee además un futuro prometedor para nuestras marcas de cerveza y para todos los accionistas, empleados, vendedores mayoristas, minoristas y nuestros consumidores".
Se espera que la creación se la cervecera más grande del mundo _que se llamará Anheuser- Busch InBev_ sea anunciada antes de fin de año. El acuerdo pone fin a más de 150 años de dominio de la familia Busch en la compañía con sede en San Luis, aunque las oficinas norteamericanas de la nueva empresa seguirán allí.
Anheuser-Busch dijo a mediados de año que aceptaba la oferta de InBev de 70 dólares por acción.
Los accionistas de InBev, cuyas marcas más conocidas son Stella Artois y Beck's, aprobaron el trato en septiembre.
El acuerdo puso sin a forcejeos entre ambas empresas, al inicio de los cuales Anheuser-Busch rechazó las ofertas no solicitadas de InBev, diciendo que eran un "plan ilegal" que amenazaba con defraudar a los accionistas.
El acuerdo da a InBev una ventaja clave en el mercado estadounidense, donde Anheuser-Busch domina con aproximadamente 50% del mercado. Además, da a la compañía belga aproximadamente una quinta parte de los mercados en China y Rusia, dos áreas encaminadas al crecimiento.
InBev ha dicho que desea aprovechar el poder de publicidad de Anheuser-Busch y hacer sus dos principales marcas _ Budweiser y Bud Light _ poderes globales, como Coca-Cola y Pepsi
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