Por primera vez, Jaime Blanch dirige e interpreta a un tiempo una función teatral. Se trata de 'Aquí un amigo', de Francis Veber ('La cena de los idiotas'), un montaje que protagoniza junto a Ramón Langa, con quien comparte, también por primera vez, escenario. El Teatro Príncipe-Gran Vía de Madrid acogerá la función a partir del próximo 15 de enero y casi un año después de su estreno en Cádiz en marzo del pasado año.
Esta obra es la tercera que Blanch pone en pie de la mano de Txalo Producciones después de 'La Ratonera' y 'Una visita inesperada', ambas de Agatha Christie. "Decidimos cambiar de género y pasarnos a la comedia", explicó el actor y director que en este montaje además ha realizado algunas adaptaciones del texto original.
Esta versión que ahora llega a la capital de 'Aquí un amigo' es la última realizada por el propio autor recientemente y estrenada en París, recordó Jaime Blanch, quien incidió en que el resultado es una función "más divertida".
El título de la obra de Veber, 'L'emmerdeur' (que literalmente quiere decir 'El Tocahuevos' o 'El Tocapelotas') ha sido cambiado en la versión española, "para no confundir al espectador", por el que puso Billy Wilder en la película de 1981 basada en esta obra y protagonizada por Jack Lemmon y Walter Matthau. En España la única versión teatral que se ha visto de la misma es la que protagonizó en 1973 el desaparecido Alberto Closas junto a Fernando Delgado, recordó Blanch.
Sin embargo, nada tiene que ver esta función teatral con la cinematográfica, de la que también existe otra versión francesa anterior, "más de cine negro" que la de Wilder. "El desarrollo escénico es evidentemente muy distinto pero queda claro que era una obra escrita para teatro que después se llevó al cine", señaló Jaime Blanch.
"Maestría de la construcción teatral"
El actor y director destacó la "maestría de la construcción teatral" de este texto de Veber que es, ante
todo, "un hombre del espectáculo" --dijo, recordando que no solo ha escrito teatro sino también cine y televisión--.
La función, convertida ya en un clásico del teatro francés, narra la historia de un hombre (Blanch) que quiere suicidarse después de que su mujer lo haya abandonado. Un asesino a sueldo (Langa), que se hospeda por motivos de 'trabajo' en el mismo hotel, le hará desistir de sus propósitos.
"Es un personaje que empieza dando miedo y termina dando pena. Actúa obligado por las circunstancias no porque tenga sentimientos altruistas hacia el hombre que duerme en la habituación de al lado", dijo Ramón Langa sin querer desvelar mucho más sobre la trama.
El actor elogió el personaje que ha "construido" Blanch y que supone un "contrapunto importante" al suyo. "Es perfecto y eso me ayuda a sacar fuera todo lo que lleva el mío".
El hecho de dirigir e interpretar a la vez ha supuesto para Jaime Blanch "un viaje astral apasionante" no exento de complicaciones que a sólo quince días del estreno le dio un pequeño "susto", pues había dedicado la mayor parte de sus esfuerzos a la dirección y apenas se sabía el papel, por cierto, "uno de los más físicos" que ha interpretado a lo largo de su carrera, confesó.
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