El Viceprimer Ministro Checo para Asuntos de la Unión Europea,
Alexandr Vondra, ha pedido disculpas por los contenidos del polémico panel Entropa, instalado en la gran entrada del edificio del Consejo en Bruselas, una escultura monumental en forma de puzzle gigante encargada por la Presidencia checa al escultor checo
David Černý que ha consagrado su popularidad con obras como un tanque soviético de color rosa como monumento a los caídos o una imagen de
Sadam Hussein en un acuario lleno de formol titulado
“Tiburón” que fue prohibida en Polonia y en Bélgica y que es así mismo autor de un libro titulado “
The Fucking Years” (Los años jodidos) donde critica los catálogos de arte. Este panel ilustra Bulgaria como una colección de lavabos en cuclillas, unos servicios a la turca, Francia está cubierta con una pancarta de huelga, Luxemburgo está en venta, Gran Bretaña está vacía para manifestar su poco interés europeísta, Eslovaquia es un salchichón envuelto en la bandera de Hungría y, España aparece totalmente cubierta de hormigón.

Así que Alexandr Vondra ha empezado su discurso diciendo que el arte no conoce fronteras, que el arte es libertad y que la libertad de expresión es principio fundamental de la democracia pero también pide disculpas a quienes se sientan afectados y les pide que se rían, vamos que nos riamos todos juntos y no que nos riamos los unos de los otros. Lo del cemento para calificar España no es una broma, la crisis del ladrillo está en el centro del enorme deterioro económico que sufre el país y no es una gracia, fue una desgracia que nuestro desarrollo económico lo hubiéramos fundamentado en gran medida en un modelo que debiera estar condenado por cualquier ser humano sin necesidad de ser artista.
A las protestas diplomáticas, que las hay, y a la inoportunidad de un gobierno como el checo cuyo Presidente se ha distinguido en criticar a la Unión Europea de encargar esta discutible obra a David Černý, de oficio amante del escándalo, sufre la República Checa no pocas dificultades al comenzar su Presidencia europea. El ex presidente checo
Václav Havel, un admirable escritor y político que había sufrido el maltrato de las cárceles del régimen comunista de su país se encuentra hospitalizado y el Primer Ministro checo
Mirek Topolánek ha debido alterar sus previsiones para los primeros días de la Presidencia checa realizando reuniones maratonianas para lograr un acuerdo entre Rusia y Ucrania que pusiera fin a la guerra del gas con terribles consecuencias para algunos de los países europeos y para la propia República Checa que depende en un 80% del combustible ruso.
Por si fuera poco a la República checa le corresponde dirigir las negociaciones con Irlanda para lograr un acuerdo que permita que el gobierno irlandés se comprometa en el próximo referéndum sin cuyo resultado favorable no podrá entrar en vigor el Tratado de Lisboa y por si fuera poco el propio gobierno ha de solventar la ratificación de este Tratado por la República Checa, cuyo debate en las dos cámaras comienza en el mes de febrero.
El propio Jefe de gobierno ha dicho que las prioridades que constituyen el lema de la presidencia las tres “E”, economía, energía y Europa en el mundo se han convertido en dos “G”, gas y Gaza. Nadie duda de la voluntad del Primer Ministro checo a favor del Tratado de Lisboa, pero tampoco se duda del euroescepticismo del Presidente Václav Klaus que sin duda ve con buenos ojos el nacimiento de una formación política presentada el pasado 12 de enero, de corte derechista y euroescéptica cuyo líder
Petr Mach era uno de los más cercanos asesores del Presidente con quien mantiene estrechos vínculos y no oculta manifestar que el Tratado de Lisboa es malo para la República Checa y que era mejor el Tratado de Niza. Esperemos que la aparición de este partido no reduzca el ánimo europeísta del actual Primer Ministro que está en minoría parlamentaria.