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Crítica teatral.- El enfermo imaginario: San Francisco en la cama...

jueves 05 de febrero de 2009, 19:00h
“El enfermo imaginario” compone junto a “Las mujeres sabias” y “El avaro” la trilogía más popular y jocosa de Jean-Baptiste Poquelin, alias Molière (París 1622-1673). Ahora esta comedia vuelve a Madrid, al teatro Fígaro, con Enrique San Francisco como “Argán”, el hipocondríaco protagonista. Dirige Gabriel Olivares, que esta semana hace doblete en la cartelera.
No se trata de una propuesta convencional. El director, con Ana Graziani, ha modernizado la historia y ha recortado el número de personajes original. El enfermo sigue, con su egoísmo, buscando un médico gratuito casando a su joven hija. Pero en este montaje también se critica la situación actual de la sanidad pública.

Teatro-secuencia
Olivares quiere que su puesta en escena parezca un largo plano-secuencia cinematográfico. Los actores circulan constantemente por la escena, en un decorado giratorio que ellos mismos van configurando de acuerdo con las situaciones y localizaciones. El doctor Purgón –Guillermo Romero- encarna a todos los médicos en su papel de director de la clínica donde el enfermo imaginario pretende curarse de sus múltiples dolencias.

Enrique San Francisco
El reparto gira alrededor de Enrique San Francisco. Se subió a los escenarios con nueve años –sus padres eran actores- y no se ha bajado de ellos más que para hacer cine o televisión. Es ese tipo de intérpretes que goza del favor popular. Basta su presencia en el escenario para provocar la carcajada. Sale de hacer “Misterioso asesinato en Manhattan” que se ha mantenido más de dos años en circulación. Su físico desgarbado, su voz ronca, sus enormes ojos azules encajan como un guante en el personaje de”Argán”. En el fondo es un enfermo en manos de todo su entorno, que acaba imponiendo su voluntad.

Todos contra el enfermo
La esposa del enfermo –Beatriz Santana- quiere acabar con él rápidamente. Si joven hija está enamorada de un músico y se niega a casarse con el doctor para que su padre tenga medicina gratis. Mar del Hoyo y Alex Barahona son Clemente y Angélica,  los jóvenes enamorados, entre rebeldes y bobalicones. Finalmente está Antonia, la criada respondona, la manipuladora que, tras toda una vida al lado de su señor, le tiene tomada perfectamente la medida. Este cometido corre a cargo de otra veterana, Julia Trujillo que, como Enrique, comenzó en teatro siendo una niña, con doce años, en la compañía de la desaparecida Lilí Murati.
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