El Ejecutivo recuerda en el punto número seis del documento, estructurado en diez puntos, que ante la amenaza de un
"desplome sistémico" a gran escala, muchos gobiernos comprometieron recursos presupuestarios o asumieron
"grandes riesgos" ligados a los activos y pasivos de las entidades financieras, lo que dio lugar a una
"cierta socialización" de los riesgos de la industria financiera, que constituye un elemento de
"riesgo moral" para el futuro.
Este riesgo se deriva, según el Gobierno, de que las entidades pueden llegar a creer que si son lo suficientemente grandes o sistémicas, el erario público siempre vendrá a su rescate.
Por ello, propone que para restaurar la disciplina de mercado y reducir las probabilidad de quiebra se establezcan requerimientos de capital más elevados o instrumentos financieros con liquidaciones vinculadas a la situación financiera de la entidad. Además, apuesta por analizar el modo de reducir los costes sociales de la quiebra de las entidades financieras actuando sobre las "vías de contagio".
En el punto número cinco, el Ejecutivo de
José Luis Rodríguez Zapatero defiende que las retribuciones de los ejecutivos y altos cargos de las entidades financieras deben quedar sujetos a publicación individual y a la aprobación por parte de los accionistas de las políticas de remuneración.
Remuneración a medio y largo plazo
Así, propone que, sin llegar a limitar por ley las remuneraciones, se establezca un marco de estricta supervisión y transparencia que asegure de modo eficiente que la remuneración variable vaya únicamente unida al valor económico creado sobre una perspectiva de medio a largo plazo.
De esta forma, el Gobierno defiende la creación de un Código de Buenas Prácticas, que elabore el Fondo de Estabilidad Financiera, y que además de ser "riguroso", tenga en cuenta ciertos rasgos simétricos en la remuneración variable que regulen el pago de despidos y los contratos blindados cuando el rendimiento ha sido "catastrófico".
El Gobierno de Zapatero propondrá también en la reunión del G-20 que el provisionamiento dinámico y los fondos de regulación contracíclicos pasen a ser parte integral de los estándares de prudencia para amortiguar la excesiva prociclicidad del comportamiento de las entidades financieras.
Igualmente, apuesta por que los gobiernos pidan a quienes fijan los estándares contables que perfeccionen la aplicación de reglas para poder reflejar mejor los riesgos y la sobrevaloración de activos. Concretamente, afirma que es preciso seguir trabajando para decidir cómo introducir valoraciones adecuadas con respecto a productos financieros complejos, ilíquidos y difíciles de valorar.
Cambios en el FMI
Los últimos cuatro puntos del documento que ha enviado el Ejecutivo al Gobierno de Londres, anfitrión de la próxima reunión del G-20, están relacionados con introducir cambios en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD).
Así, propone que las cuotas del FMI deberían reforzarse para proteger su papel como prestamista de última instancia, al tiempo que apuesta por que el organismo fortalezca su capacidad de prevención de las crisis. Asimismo, defiende que el FMI debería estar capacitado para ejercer de supervisor financiero internacional.
Fuentes del Gobierno indicaron que este documento no es definitivo, sino que se trata de una primera aproximación a las propuestas que defenderá Zapatero en la reunión del 2 de abril, y precisaron que, finalmente, España no ha incluido aportaciones sobre la necesidad de acabar con los paraísos fiscales, dado que será Reino Unido el que liderará estas propuestas.
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