El Jaguar de Sepúlveda
jueves 12 de marzo de 2009, 11:59h
Si es cierto que Correa le regaló un Jaguar a Jesús Sepúlveda cuando era amigo de Aznar y marido de Ana Mato, entonces la bella Mato es “jaguar consorte”, que es una categoría social de la que se presume mucho cuando el aparcacoches de Horcher te abre la puerta.
La irrupción de Ana Mato en esta cuerda de chorizos y delincuentes, en adelante “choricuentes”, le otorga un punto de novela negra a una trama que se presentaba algo chusca. Ana Mato en el papel de la novia del gánster tiene mucho más atractivo que como portavoz del PP, labor que cumple con indudable entrega pero con más que probado silencio. Ya de por sí tiene el bajo el tono de voz, debe ser porque el Jaguar tiene el asiento muy deportivo y ahí se hunden las consonantes y los alcaldes del PP que admiten regalos.
Si Bermejo acuñó “el hecho cinegético”, Jesús Sepúlveda ha acuñado “el hecho automovilístico”, y Garzón “el hecho viajero”. Este país está lleno de novísimos que se inventan una tendencia por la mañana y otra por la tarde, (sobre todo porque la de la mañana se les olvida por la tarde). Algunos rozan el dadaísmo intelectual y sin que ellos lo sepan que es lo mejor.
El Jaguar es coche de nuevo rico pero debe ser que les pone el salto que hace el animalito en el capó, ese gesto de fiera. Debe ser que asocian felino con habilidad sexual en sus versiones cuero, techo y climatizador. Correa no reparaba en gastos porque a su vez practicaba “el hecho del regalo”. Y así fue hasta que se le terminó la gomina.
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