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Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Israel, Italia…

Boicotean conferencia vs racismo de ONU

Boicotean conferencia vs racismo de ONU

La conferencia de la ONU sobre racismo, atrapada desde su accidentado comienzo por el recelo de los países occidentales y el discurso inflamado del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, todavía puede evitar el fracaso, estimaron expertos independientes.

"El arranque fue desgraciado, pero no creo que eso acarree perjuicios", dijo a IPS el representante en Ginebra de la organización no gubernamental Amnistía Internacional, Peter Splinter.

Antes de que se abrieran, el lunes, los cinco días de deliberaciones de la Conferencia de Examen de Durban ya se sabía que por lo menos nueve países, de peso internacional significativo, desertaban del encuentro.

Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Israel, Italia, Nueva Zelanda y Polonia decidieron boicotear la conferencia, unos por desacuerdo con el borrador de la declaración final, y otros por la participación del gobernante iraní y sus frecuentes expresiones de negación del Holocausto judío.

Ahmadineyad era el único jefe de Estado que había aceptado la invitación del secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, para hablar en la conferencia. Finalmente, las reservas de diplomáticos sobre el efecto que tendría su intervención se cumplieron.

El orador empleó, al juzgar la situación en Medio Oriente, el mismo tono que le ha valido la repulsa de por lo menos los países occidentales.

En un párrafo, Ahmadineyad dijo que después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) los países poderosos, con "el pretexto de los sufrimientos de los judíos y de la ambigua y dudosa cuestión del Holocausto" enviaron a Medio Oriente emigrantes para establecer "un gobierno totalmente racista en Palestina".

Antes de que el orador prosiguiera con juicios de parecido tenor, principalmente contra Israel y el sionismo, los representantes de las naciones de la Unión Europea que asistían a las deliberaciones, abandonaron el recinto en una actitud de repudio a esas expresiones.

Sólo regresaron cuando concluyó el orador. Fuentes diplomáticas aseguraron momentos más tarde que la República Checa, que ejerce la presidencia de la Unión Europea en este semestre, había decidido también retirarse de la conferencia como los otros nueve países.

Durante el discurso de Ahmadineyad hubo algunos incidentes protagonizados por activistas que expresaron repulsa por el orador. Los agentes de seguridad de la ONU expulsaron del edificio a 11 personas a causa de su comportamiento en la sala de la conferencia y en los pasillos de la sede.

Entre las personas desalojadas había miembros de organizaciones no gubernamentales judías e islámicas. Entre ellas figuraba igualmente un periodista, dijo una fuente de la institución. Las entidades responsables de los incidentes serán sancionadas, adelantó.

Después del discurso del presidente iraní, criticado por Ban y por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, la conferencia prosiguió sus deliberaciones de manera normal.

Fuentes de la oficina de la alta comisionada dijeron que se procurará mantener intacto el borrador de declaración final adoptado el viernes por consenso. Ese documento había sido objetado por los países que desertaron de la conferencia, en particular por Estados Unidos.

Gianfranco Fattorini, representante en Ginebra del Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP), una organización con sede en París, censuró a los países que abandonaron las deliberaciones. Lo que pierde fuerzas no es la conferencia, son los países que se retiran, dijo a IPS.

"Al hacerlo, dejan el espacio abierto a las posiciones extremas. Es un error", insistió.

Sin embargo, Fattorini observó que la actitud de Estados Unidos "tiene lógica" porque es coherente con la posición que asumió en la primera Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en 2001 en la ciudad sudafricana de Durban, donde las delegaciones de Washington y de Israel se retiraron de las deliberaciones.

Ahora Estados Unidos hace lo mismo porque el primer párrafo del proyecto de declaración de esta nueva conferencia "reconfirma las tesis de Durban". Por eso Estados Unidos decide disociarse del documento, en una actitud con cierta lógica, abundó el representante del MRAP.

Lo que no tiene sentido es que los países que participaron de Durban y aceptaron los compromisos adoptados allí, traten ahora de convencer a otras naciones de retirarse de esta conferencia, dijo Fattorini en alusión a las naciones occidentales.

Splinter estimó que la reunión tuvo un comienzo poco feliz por encontrarse con alguien que hizo una incitación al odio y a la discriminación, en referencia al discurso de Ahmadineyad.

Sin embargo, el delegado de Amnistía resaltó el discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, Jonas Gahr Støre, quien habló inmediatamente después del gobernante iraní.

El ministro noruego se ocupó de las palabras de Ahmadineyad, "discrepó totalmente con él, sus incitaciones a la discriminación y al odio no caben en esta conferencia, y sobre ese tema debe girar este debate", dijo Splinter.

"Eso es lo que debemos hacer", insistió. "No abandonar la conferencia, sino comprometernos y cuestionar y rechazar toda clase de afirmaciones como las del presidente iraní".

El representante de Amnistía estimó que el borrador de la declaración final será aprobado, siempre que no haya más deserciones a la hora de votar. Es un documento muy débil, pero no es censurable y se trata de una salida aceptable para esta conferencia, evaluó. "De todos modos, hubiéramos preferido algo más orientado a la acción y más concreto", concluyó.

Adrien-Claude Zoller, presidente de la organización no gubernamental Ginebra para los Derechos Humanos, estimó que Ahmadineyad "tuvo éxito en restar credibilidad a la conferencia".

Con respecto a los países occidentales que desertaron de la conferencia, opinó que "fue una provocación para dar la idea de que este encuentro no vale la pena", sostuvo. Zoller cree que la conferencia debe continuar, aunque "lo mejor sería tener una pausa". Las sesiones se prolongarán hasta este viernes.






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