La pregunta de
Mariano Rajoy se refería a lo que iba a hacer el Gobierno para no permitir que Batasuna se presentara a las próxima selecciones municipales. Y la respuesta de
Zapatero fue obvia: el Gobierno hará lo que debe, cumplir y hacer cumplir la ley. Por lo que ningún grupo que no cumpla a su vez la Ley de partidos podrá presentarse.
Después ya Rajoy atacó con que
"no es hora de ambigüedades", y con que el PCTV ,
"que apoya a ETA y no ha condenado el atentado de Barajas", se le 'coló' al Gobierno sin que éste ni la Fiscalía general hicieran nada. Rajoy denunció que Batasuna se
"reúne con el PSOE", da ruedas de prensa
"todos los días y recibe un trato de favor lamentable de la Fiscalía". Sus palabras fueron muy ovacionadas desde los bancos del PP.
Y dieron pie a la contrarréplica del presidente muy al ataque. Porque, tras señalar a Rajoy que era la pregunta número 16 sobre estos temas de terrorismo y ETA, le espetó: "
sólo sabe hacer oposición, inútil, en la política antiterrorista, que es lo único en lo que no debía". Y después ya aprovechó también para destacar que es extraño un líder de la oposición que nunca se interesa por asuntos tan importantes como
"sanidad, medio ambiente, pensiones o Investigación".
Zapatero dijo también no extrañarle que Rajoy no tuviera
"ningún respeto a la autonomía y función de la Fiscalía General del Estado en general". "Ya demostraron el respeto al Tribunal Supremo cuando dicta sentencias como en el caso de De Juana", le indicó.
Entonces fue interrumpido por las carcajadas de diputados 'populares' que le avisaban de que habrá más sesiones como ésta.
"Las que te quedan", le decían. Este hecho hizo que el presidente del Congreso,
Manuel Marín, tuviese que rogar a la bancada 'popular' que proporcionaran a todos los diputados las mismas
"condiciones aceptables" de intervención de las que había gozado su líder.
Mariano Rajoy habló de
"trato privilegiado" a Arnaldo Otegi, mientras que posteriormente
Angel Acebes y
Eduardo Zaplana afirmaron que el Ejecutivo busca
"resucitar" a Batasuna para permitir que se presente y continuar la negociación con ETA. A ello replicó la vicepresidenta,
María Teresa Fernández De la Vega, acusando a los 'populares' de ejercer de "altavoces" de los terroristas.
Ataques de Acebes y Zaplana
A continuación tomó la palabra el secretario general del PP, Angel Acebes, quien aseguró que
"después de los privilegios" al etarra Iñaki De Juana Chaos,
"ahora llegan los privilegios de Otegi", a quien la fiscalía podría llegar a retirar la acusación, lo que en su opinión sería un
"escándalo"y una "vergüenza".
A renglón seguido, el portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, insistió en el tema afirmando que el Gobierno "ha resucitado" a Batasuna, cediendo a las presiones de los terroristas. "La democracia, para ustedes, consiste en una Fiscalía protegiendo a Otegi, un Gobierno soltando a De Juana y un PSOE queriendo llevar ante tribunal al mejor presidente de la historia de España" (José María Aznar), remachó.
De la Vega contestó a los dirigentes del PP que su utilización de la política antiterrorista es un "flaco favor" al país pues abochorna a los españoles e incluso a gobernantes europeos. Tras recordar que la estrategia es responsabilidad del Gobierno, "y no de quien ha perdido las elecciones", también pidió al PP dejar de "enredar" y de "utilizar víctimas en su beneficio". "No trate de pescar en río revuelto", le dijo a Acebes.
A su juicio, "sería bueno" que el PP dejara de "poner en tela de juicio el rigor" de la Justicia, la Fiscalía y las Fuerzas de Seguridad. "Sería muy bueno contar con su colaboración y que dejasen de ser el altavoz de los terroristas y de quienes les apoyan, privándoles de la publicidad que les hacen, con un megáfono en mano, cada día y cada semana --comentó--. Se han empeñado en hacer una campaña de propaganda cada semana y hacer eso es un auténtico escándalo, un escandalazo".
El enfrentamiento dialéctico entre el Gobierno y las principales figuras del PP trascendió en ocasiones de los protagonistas y estuvo salpicado de numerosos comentarios, rumores e improperios por parte de otros diputados, fundamentalmente del PP. Por ello, Marín tuvo que intervenir una segunda vez para pedir ayuda a la dirección del Grupo Popular y tratar de calmar los ánimos. "¡Aquí no se viene a gritar o abuchear!", clamó.