Una magistral labor de Morante de la Puebla que bordó el toreo con el capote y también con la muleta ha elevado muchísimo el nivel de la Feria de San Isidro.
Arte puro y cante jondo es lo que derramó Morante sobre la arena de Las Ventas en el cuarto toro. Y un pinchazo y una estocada defectuosa dejó el premio en una sola oreja. Pero era lo de menos. El toreo puro estremeció las fibras sensibles de todos los espectádores.

Con el inválido que le correspondió en primer lugar sólo apuntó algunos detalels, como Manzanares en sus dos toros, a los que mató magistralmente. Confrmó la alternativa Ruben Pinar con un inválido que tampoco le permitió lucirse. En el sexto apostó por la cantidad por el toreo muy despegado que no gusta en Madrid.