El avión y otras hipotecas

Como le pasó a Pérez Touriño en Galicia con su Audi, las sillas carísimas y algún otro exceso, el uso mitinero del avión Falcon oficial parece haberle pasado a Zapatero una cara factura. Porque a Zapatero le toca pagar esta cuenta, más que a López Aguilar, de la misma forma que Rajoy se erige en vencedor por cuatrocientos sesenta mil votos, y el candidato ‘popular’ Jaime Mayor Oreja se lleva una especie de premio de consolación. Así lo han querido los respectivos jefes de filas, que pretendieron hacer una especie de primarias de estas elecciones, que apenas eran europeas.

Y, hablando a nivel europeo, no cabe duda de que se equivocan los portavoces socialistas cuando se consuelan diciendo que, al fin y al cabo, el PSOE es el partido socialista que mejor librado ha salido de estas elecciones; eso, traducido en lenguaje continental, significa un sonoro fracaso del eurosocialismo, y, por el contrario, un éxito de la euroderecha. Me parece esto mucho más significativo, desde una perspectiva internacional, que el mero análisis de si la votación de este domingo en España significa un bofetón o no para Zapatero -que algo de eso sí ha habido- y cuánto de sonoro. ¿Habrá entendido, en lo que le toca, el mensaje el presidente español, habrá autocrítica por algunas posiciones altaneras, como el pertinaz uso de un avión oficial, o por esas declaraciones excesivas de Leire Pajín, comparando a escala planetaria a ZP con Obama? Temo que los electores valoran mucho más negativamente esos gestos que una presunta mala gestión ante la crisis económica global, que no ha hecho que los europeos se abalanzasen precisamente a las urnas para expresar su rechazo, su protesta o su irritación. Más bien han expresado su indiferencia, diría yo.