Laborar aleja a los menores de la escuela

La crisis económica causa la incorporación de menores al mercado laboral, fundamentalmente en el sector doméstico y el informal en general, alejando a ese grupo de la población aún más del acceso a la educación, coinciden expertos y organizaciones como la OIT y Unicef.

Hoy se celebra el Día mundial contra el trabajo infantil, que coincide con el décimo aniversario de la adopción del simbólico Convenio núm. 182 de la OIT que responde a la necesidad de erradicar las peores formas de trabajo infantil. Este año, la organización pone de relieve los retos que existen bajo el lema: “Demos una oportunidad a las niñas-Luchar contra el trabajo Infantil: Una clave para el futuro”.

En México, la Secretaría del Trabajo resalta la importancia de endurecer las leyes para castigar con prisión de 1 a 4 años y multa de 250 a 5 mil veces el salario mínimo general a quien incurra en explotación laboral de menores, pues de acuerdo con cifras oficiales, en México trabajan más de 3.5 millones de niñas y niños entre 5 y 17 años de edad, de los cuales cerca de un millón 200 mil son mujeres.

En el referido grupo de edad, las niñas que realizan alguna actividad en el sector agropecuario superan las 140 mil, en la industria manufacturera son más de 200 mil, en la construcción cerca de mil 500, en el comercio el medio millón y en servicios 400 mil.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) resalta que ellas resultan particularmente perjudicadas por la discriminación y la práctica que les atribuyen ciertas formas de trabajo.

Muchas desempeñan tareas domésticas, no remuneradas, para sus familias, con mayor frecuencia que los hijos varones. Estas tareas pueden incluir el cuidado de otros niños, la cocina, la limpieza, y el transporte de agua y de combustible.

Deben combinar largas horas de tareas domésticas con otras formas de actividad económica fuera del hogar, lo que constituye una “doble carga” de trabajo, lo cual puede tener un impacto negativo en cualquier oportunidad de asistir a la escuela y constituir un riesgo físico.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) califica como lamentable el que millones de niñas y niños en México se ven en la necesidad, o en la obligación, de trabajar, en muchos casos, en condiciones que serían incluso inaceptables para los adultos, como cuando realizan actividades de alto riesgo en circunstancias de explotación y al margen de cualquier consideración hacia su condición.

Cerca de 50 mil niñas y niños emigran o intentan emigrar cada año a Estados Unidos en busca de la reunificación familiar o de trabajo, de los cuales la mitad lo hace sin compañía y enfrenta graves riesgos.

La CNDH resalta que las niñas trabajadoras, especialmente en los estados del sur del país, están más expuestas a caer en manos de traficantes de personas, especialmente de quienes se dedican a la explotación sexual y pornografía infantil, ante lo cual señaló que el Estado debe responder con acciones más radicales para enfrentar este problema.

Arturo Alcalde Justiniani, especialista en derecho laboral, subraya que tanto la Secretaría del Trabajo federal, como la del DF, carecen totalmente de acciones para realizar inspección en los centros de trabajo, fundamentalmente informal, a fin de detectar en dónde los niños y niñas son explotados.

El experto añade que es en el trabajo informal donde se da la explotación de menores que cada vez tienen más necesidad de obtener ingresos ante la crisis económica.

Paralelamente, información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), destacan que ellas llegan a ser más sobreexplotadas que los varones en el ámbito laboral en los hogares, pues mientras en ellos prevalece el trabajo remunerado fuera de casa, ellas cargan con el mayor peso en las tareas domésticas no remuneradas en viviendas propias o ajenas.

La OIT pide respuestas políticas para atacar las causas del trabajo infantil, prestando atención a la situación particular de las niñas, así como medidas urgentes para erradicar las peores formas de trabajo infantil.

Con ello, mayor atención a las necesidades en educación y formación profesional de las adolescentes, acción que considera clave en la lucha contra ese fenómeno y en la facilitación de una vía para que las niñas accedan al trabajo decente en la edad adulta.