Según Obama, el éxito de los golpistas sentaría "un terrible precedente" en la región latinoamericana, que ha registrado "tremendos progresos" democráticos en los últimos veinte años. "No queremos regresar a un pasado oscuro en el que las asonadas eran frecuentes. Siempre queremos estar del lado de la democracia", ha asegurado el mandatario estadounidense, que ha prometido que Washington colaborará con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la comunidad internacional "para ver si se resuelve esto de manera pacífica".
Uribe ha expresado también su condena al golpe de Estado, precipitado después de que Zelaya pretendiera celebrar una consulta constitucional el domingo que, según sus críticos, buscaba abrir el camino para un segundo mandato que la Carta Magna de su país le prohíbe en la actualidad.
Además de Honduras, los dos presidentes han conversado durante más de una hora, primero a solas y después junto a sus equipos de asesores, sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, pendiente de la ratificación en el Congreso de EE UU, y la lucha contra el narcotráfico.