El Grupo de Acción Financiera (GAFI) de la OCDE se ha pronunciado a favor de "un código de las mejores prácticas", similar al adoptado en el Reino Unido, para establecer una colaboración entre los clubes de fútbol y las autoridades encargadas de combatir el blanqueo, en un informe sobre este deporte publicado este miércoles.
"Como el deporte de mayor valor, verdaderamente global, el fútbol parece confrontado a varias formas de delincuencia y corrupción, incluido el lavado de dinero", constata el informe, realizado en colaboración de once países.
Advierte de que con el creciente número de transferencias internacionales y el aumento del precio pagado por los fichajes, "hay más directivos e intermediarios envueltos, incluidos nuevas partes de pasado dudoso".
Por eso apuesta por promover una gestión financiera sana y un seguimiento a lo largo del sistema de transferencias y por otras medidas estructurales para reducir el atractivo de ese sistema para el blanqueo.
El GAFI se pronuncia porque colaboren con él las instancias futbolísticas (como la FIFA o la UEFA) y por la imposición de regulaciones similares en todos los países, dado el carácter internacional del fútbol.
"La cooperación internacional es un factor clave" sobre todo porque "las dificultades en el intercambio de informa y el uso de paraísos fiscales son un obstáculo mayor en la detección y la persecución del lavado de dinero en el sector del fútbol", argumenta.
Apuestas por internet
Otro punto de preocupación es el de las apuestas por internet, una cuestión que podría ser objeto de un estudio independiente del GAFI después de tener constancia de que "las apuestas deportivas han llegado a nuevos niveles de sofisticación con varios operadores implicados a través de varios países y continentes".
Entre las vulnerabilidades del fútbol para ser infiltrado por las actividades de lavado de dinero, se cita el hecho de que es un mercado "fácil de penetrar" con una multitud de accionistas y de flujos de dinero, así como de entidades legales y muchos directivos faltos de profesionalismo.
Otras de las debilidades citadas son las grandes necesidades financieras de los clubes, sobre todo para los fichajes internacionales, "a menudo con un carácter aparentemente irracional, donde el control del origen o el destino de los pagos es débil o incluso está ausente".
Igualmente se alude a la "cultura del sector", a "una cierta vulnerabilidad social de algunos jugadores, en particular los jóvenes", así como a que hay una compleja adición de motivos financieros o no que "pueden hacer las inversiones en el fútbol atractivas para delincuentes que buscan legitimación de su estatus social".
Los autores del trabajo recuerdan que "hay casos que ilustran el uso del sector del fútbol como vehículo para el blanqueo las rentas de actividades criminales".
Y para ello dan una serie de ejemplos, aunque sin poner los nombres de los clubes o de las personas implicadas en los países que han colaborado en la investigación.
En el estudio, cuya realización se decidió hace ahora poco más de un año, han participado Argentina, Bélgica, Brasil, Francia, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza y el Reino Unido.
El GAFI no ofrece estimaciones sobre la dimensión del blanqueo, sino que se limita a recordar las que se han hecho sobre la importancia económica del fútbol, que en Europa supone del 0,5 al 3,7% del Producto Interior Bruto (PIB).
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