Los resultados positivos, cuando los analistas esperaban considerables pérdidas, son consecuencia de 2.795 millones de dólares ganados entre abril y junio por partidas especiales relacionadas con la reducción de la deuda del fabricante de automóviles.
Esas partidas especiales compensaron de sobra las pérdidas de 1.019 millones de dólares que sufrieron las operaciones relacionadas con la venta de automóviles, y junto a los 595 millones de dólares ganados por los servicios financieros de Ford permitieron que el trimestre acabara con abultados beneficios.
A pesar de la naturaleza excepcional de los beneficios, los inversores reaccionaron de forma positiva a las noticias.
A las 15.00 GMT los títulos de Ford se cotizaban a 7 dólares y ganaban un 9,55 por ciento con respecto al valor de apertura.
Los resultados de Ford durante el trimestre y la primera mitad del año contrastan especialmente a la luz de la situación en la que se encuentran sus dos principales rivales estadounidenses, General Motors y Chrysler, que acaban de salir de la quiebra tras recibir decenas de miles de millones de dólares en ayudas.
A pesar de los inesperados beneficios, tanto el presidente y consejero delegado de Ford, Alan Mulally, como su director financiero, Lewis Booth, se resistieron a modificar las previsiones de la compañía y repitieron que prevén la vuelta a la rentabilidad de forma sostenible en el 2011.
Mulally dijo que "la compañía sigue en camino de alcanzar sus objetivos financieros claves para el 2011".
Por su parte, Booth también mantuvo el 2011 como el objetivo de la empresa y añadió que todo depende de la recuperación de las ventas de automóviles en Estados Unidos.
Ford calcula que este año se venderán en el país entre 10,5 y 11 millones de vehículos, muy lejos del pico de 18 millones de unidades alcanzadas hace solo unos años, mientras que en Europa el panorama es de una comercialización de entre 15 y 15,5 millones.
Lo que es casi tan importante para Ford como las ventas del sector es que en todas las regiones del mundo aumentó su cuota de mercado a pesar de la caída generalizada de la demanda.