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El mercado del Congreso amenaza de nuevo

El mercado del Congreso amenaza de nuevo

viernes 24 de julio de 2009, 17:44h
Estamos en plena temporada turística y, pese a eso, el paro se dispara; ya veremos que ocurre en septiembre y octubre cuando las payas se vacíen y las obras del llamado "Plan E" de los ayuntamientos vayan finalizando. ¿Y qué hace el Gobierno?  Pues dos cosas dos de mucho calado: convocar un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar ayudas al sector turístico y descalificar al empresariado -incluso con frases que parecen amenazas- por no haber llegado al famoso acuerdo social. 

   Hombre, uno no es precisamente adivino, pero cuando se empezó a hablar de la crisis europea, ya era mas que previsible -y desde aquí pedía yo humildemente que se hiciera algo- que el turismo iba a ser más que problemático esta temporada y aun más la que viene. De esto hace dos trimestres. Pues ahora, casi en agosto, el Gobierno aborda el tema; eso si, de forma extraordinaria y con foto y ya de paso aprovecha el Presidente para dejar claro que los empresarios le han defraudado lo mismo que el CGPJ al no dictaminar nada sobre la Ley del aborto. Y entonces dice lo que se esperaba: el Gobierno hará lo que tenga que hacer por decreto, tanto en el tema económico-social como en el de la interrupción del embarazo.

   Nunca he sido empresario ni ya lo seré nunca. Ni me gusta ni creo que sirviera. Por el contrario, sí he estado muy cerca de los sindicatos aunque no he militado en ninguno, y tengo una enorme admiración por Nicolás Redondo que él ha correspondido siempre con su amistad y creo que confianza. Dicho esto, hay que reconocer que el llamado diálogo social, empezó viciado porque eran los empresarios "contra" (admítanme la preposición entrecomillada) los sindicatos y el Gobierno, una contra dos y de los dos, uno nada menos que el Gobierno de la Nación. No son elucubraciones; ahí están las hemerotecas que dan fe de que el ministro de Trabajo dijo, en pleno diálogo, que no se iba a aprobar nada sin el visto bueno de los sindicatos. Desde ese momento la negociación carecía de sentido. Es verdad que la rebaja de cinco puntos en las aportaciones a la SS que pide la CEOE es excesiva, como excesivo es no admitir ningún tipo de flexibilidad a la hora de regular un mercado de trabajo que no sólo ha cambiado con el paso del tiempo sino que vive ahora mismo una profunda crisis como lo atestiguan las cifras de la EPA. Pero lo que no vale es ser Gobierno y parte en una negociación.

Y luego está lo del aborto y las "acusaciones" democrática y constitucionalmente increíbles contra Dívar. Naturalmente que no puedo asegurar nada y esto es una mera hipótesis, pero si lo que se hubiera pedido fuera un dictamen sobre la vieja Ley del Divorcio, estoy seguro que Dívar la habría apoyado aunque él no se divorciase nunca por ser católico practicante. Otra cosa es el tema del aborto donde la discusión trasciende lo religioso para entrar en terrenos científicos y éticos nada fáciles para nadie, ni creyentes ni agnósticos.

   Ha dicho el Presidente que el Gobierno llevará estos temas al Congreso pasando de unos y de otros. Me parece muy bien; es allí donde deben discutirse las cosas. Sólo espero que dada la inestable situación del Ejecutivo en el Parlamento, aprobar la leyes que lleve nos cueste a todos lo menos posible porque ya se sabe que el Congreso es hoy un lamentable mercado donde se compran y se venden los apoyos de los minoritarios. Nuevas leyes, nueva amenaza de secretas transacciones. Al parecer eso también es democracia.
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