Sondeos peligrosos

   Subir los impuestos y encima pretender que nos guste es un imposible metafísico por mucho que se empeñe Zapatero. Intentar colocar, además, que es Robín de los Bosques y se lo va a quitar a los ricos ya empieza a ser insultante y ofensivo por la sencilla razón de muchos no lo somos y nos van a pegar un sabanazo tras otro en el bolsillo.

   En estos días pasados he hecho un ejercicio de limpieza, como una cura de desintoxicación periodística. No he leído periódicos, no he oído radio, no he visto tele ni me he conectado Internet. Sólo he hablado con la gente. Con gente muy diversa, de todo color, condición y gobierno. Y hay cabreo. Hay cabreo incluso entre los devotos votantes socialistas. Votantes que es posible que al final vuelvan a votar sigla PSOE, antes muertos que votar a los "otros" pero hoy por hoy se quedarían en casa.

   He percibido hastío (amen de rechifla, que eso sí que es demoledor) con el Gobierno y una cierta impotencia de no tener argumentos de defensa. También he encontrado acérrimos, pero incluso estos parecen retranquearse a la hora de hablar. Antes exhibían y sacaban pecho. Ahora hablan tan sólo entre ellos y con afines. Rehuyen la conversación con el adversario.

   Por el contrario los votantes del PP van de crecida. A pesar del olor en los establos, que empieza a ser ya nauseabundo, se percibe la sensación de que están pensando en tocar pelo. Se percibe en los pueblos pequeños y en las ciudades grandes. Creen que en las elecciones municipales de 2011 van a conquistar muchas plazas y que, aunque cambien la tendencia económica y de paro, a Zapatero no le dará tiempo a remontar para el 2012.

   Qué es la esperanza socialista. Que por esas fechas los agobios de la crisis sean cosas del pasado y que se vea al presidente como el vencedor de una situación donde además ha logrado mantener y ampliar las ayudas a los más necesitados. Sus aliados sindicales, cada vez más correa de transmisión política, van a estar en la jugada.

   Zapatero confía que con ellos tenga mucho ganado. Pero tal vez se le esté escapando antes. Que Cándido parezca el asesor máximo y cerebro económico de Moncloa puede gustar mucho a los liberados sindicales, pero a un montón de trabajadores angustiados porque pueden quedarse en paro, los sindicatos empiezan a ser mirados con algo peor que con recelo.

   Las cúpulas sindicales han unido su suerte a ZP. Puede salir bien, pero puede salirles muy mal. Porque pueden caer todos juntos. Si Zapatero pierde las elecciones, los sindicatos pierden con él y eso puede ser un batacazo del que luego tarden en recuperarse. Recuerden ustedes lo que sucedió en Gran Bretaña y entenderán mejor lo que también pudiera suceder aquí.

   El PSOE tiene sondeos y el PP también. Y los dos coinciden. El PP se está distanciando no porque gane cuota, sino porque la otra sigla sigue como los brotes verdes, retrocediendo victoriosamente. Hay diferencia ya de cuatro y cinco puntos y eso empieza a ser preocupante hasta para los obligados a vender que no pasa nada y que esto es un costipadillo pasajero que se cambia en dos de pipas.

   ¡Ah! Y Ojo que no empiece un acoso serio y bien orquestado para que las elecciones se anticipan. ZP sabe de una reunión al respeto  verdaderamente peligrosa. Fue comida y uno de los comensales resulta que era de los que antes comía con él y ahora andan a palos.