¡Menos mal que
Obama no es gay porque si lo fuese y le pidiese
a ZP que le hiciera un trabajito, no les quepa la menor…duda de que se lo haría!
Yo, al menos sigo recordando la recomendación encendida de nuestro Presidente de Gobierno cuando dijo, con acento de trascendencia histórica y disimulando que la frase no era suya sino de
Kennedy: “No debemos preguntarnos qué es lo que Obama puede hacer por nosotros, preguntémonos qué es lo que nosotros podemos hacer por Obama”
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En cambio Moratinos, que no está para ese tipo de operaciones, prefiere ir a Cuba a escuchar a
Raúl Castro la historia de los gusanos, los contrarrevolucionarios imperialistas y los mariconsones.
Ese es el sello de nuestra política exterior: marear la perdiz, cultivar la incoherencia, promover la contradicción, jugar al oportunismo y abandonar tradiciones casi legendarias.
Nuestro ministro de Asuntos Exteriores está en Cuba y una vez más ha ignorado a la disidencia que sufre, dentro de la isla caribeña, la represión de los Castro y se ha negado a reunirse con sus representantes.
En este caso esa ignorancia, además de injusta es estúpida, porque no pasará mucho tiempo antes de que los decrépitos dictadores se mueran y den paso a una alternativa democrática en el reducto más anacrónico del continente latinoamericano.
Cuando ese feliz acontecimiento suceda, España – que va por libre dentro de la Unión Europea y que quiere modificar la vigente política de firmeza frente a los dirigentes cubanos – puede que tenga que dar demasiadas explicaciones a quienes hoy están perseguidos y reprimidos y tal vez mañana tengan algo que decir en política de su país.
Es posible que en La Habana hayan descubierto ya que en España hay un gobierno que, además de ignorar lo que es una política economía eficiente y responsable, tampoco tiene ni puñetera idea de lo que es una política exterior seria y solidaria con los que sufren a una dictadura de izquierda.
Si (
No(
