Y es que el pasado 2 de enero a las 7:43 pm, cientos de turistas y habitantes locales tuvieron la oportunidad de observar como desde lo alto del volcán caían piedras incandescentes.
De inmediato, el Instituto Colombiano de Geología y Minería, Ingeominas, decretó la alerta roja y inició un plan de evacuación de los habitantes de los municipios de Pasto y la Florida hacia varios albergues dispuestos por el gobierno departamental.
No obstante lo anterior, tras una noche y un día de completa tranquilidad en la falda de la montaña, Ingeominas bajó la alerta de nivel I (alerta roja o de erupción inminente) a nivel II (alerta naranja o explosión probable en el término de días o semanas).
Así, se puso fin al estado de emergencia señalado por el gobernador de Nariño, Antonio Navarro Wolff, quien estimó que la alerta roja podría extenderse por unas doce horas después de la erupción del volcán Galeras.
Sin embargo, pese a no haber reportes de víctimas en la explosión del sábado y a que se haya determinado que los incendios forestales producidos por la explosión, se generaron en zonas deshabitadas, las autoridades recomendaron que aún no deben abandonarse los albergues, pues según el Comité Regional para la Prevención y Atención de Desastres, se ha reportado lluvia de cenizas en los municipios Consacá, Sandoná, Ancuya, Linares, Samaniego, Santacruz Guachavez, de donde se deduce el riesgo aún latente de nuevas erupciones.
Esta sería la décima y la más grande erupción que se presenta en el volcán en el término de un año, advirtió la subdirectora de Ingeominas, Marta Calvache.
La fiesta no termina
A pesar del gran susto que se llevaron los turistas y de las recomendaciones dadas por las autoridades (como no circular por los alrededores del volcán, mantener a la mano tapabocas, linterna, radio de pilas, agua y conservar la calma), el alcalde de la ciudad de Pasto, Eduardo Alvarado Santander, aseguró que las fiestas del tradicional Carnaval de Negros y Blancos, no se suspenderán.
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