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Embajador Luis Maira ve auspicioso el futuro de Unasur

La integración regional se sitúa en la agenda continental

La integración regional se sitúa en la agenda continental

martes 24 de abril de 2007, 19:11h
El embajador chileno en Buenos Aires, Luis Maira, destacó las favorables perspectivas que se han abierto para integrar los países de la región, a partir de la cumbre de la Isla Margarita, en Venezuela. En esa reunión los jefes de Estado de doce países latinoamericanos decidieron echar las bases de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur. La energía y la conectividad, a su juicio, deben cumplir en nuestra área el mismo rol que el carbón y el acero en la construcción de la Unión Europea.
El tema de la integración está definitivamente presente hoy en la agenda de los países de la zona sur del continente”, manifestó Luis Maira, embajador de Chile en Argentina.

El diplomático intervino en el seminario internacional “Globalización, integración regional y calidad de la política”, organizado por la Fundación Friedrich Ebert en Santiago, que reunió a relevantes personalidades del Cono Sur de América Latina.

Maira, quien participó activamente en los trabajos del denominado Grupo de Reflexión Estratégica, con sede en Montevideo, hizo en su exposición un profundo y medular análisis del actual estado de avance del proceso integrador.

El embajador participó en ese grupo como representante personal de la Presidenta Michelle Bachelet, durante los seis meses de trabajo de dicha instancia.

A su juicio, el proceso de integración se ha revitalizado, sin duda, a partir de la reciente decisión adoptada por los mandatarios sudamericanos, reunidos en la cumbre de la Isla Margarita, en Venezuela, de echar las bases de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).

La entidad fue anunciada el 16 de abril por Hugo Chávez, como fruto de una decisión refrendada por diez de las doce delegaciones que llegaron a este cónclave del más alto nivel.

Maira repasó las iniciativas integradoras, mencionando en primer lugar las ideas expresadas por Simón Bolívar, en su Carta de Jamaica, de septiembre de 1815. En ella el Libertador hizo referencia a seis grandes regiones geográficas como parte de ese bloque único que imaginaba: la Gran Colombia, que incluía a la actual Venezuela más la entonces llamada Nueva Granada (Colombia actual más Ecuador); un solo país andino, que abarcaría a Perú y el entonces denominado Alto Perú (Bolivia); los países del río de La Plata (las Provincias Unidas del Sur, como se conocía a la Argentina y la Banda Oriental del Uruguay);  la Federación Centroamericana, y Chile, al que Bolívar dedica “palabras cálidas que los chilenos siempre agradeceremos”, en la medida en que le asigna, dadas sus características, un destino especial dentro de esta área.

Este gran ideal boliviariano finalmente se ve frustrado al ser convocado el Congreso Anfictiónico de Panamá, en 1826, con resultados más bien negativos para las perspectivas de unidad latinoamericana. Duerme un largo sueño hasta 1959, en que reaparece de alguna forma a través de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina). En el legendario Informe Prebisch (1959) se plantea la idea de “una Latinoamérica económicamente unida”, lo cual, a juicio de Maira, constituyó también una suerte de “dimensión utópica” de la integración.

La nueva dinámica en las “dos Américas Latinas”

El proceso en pos de ir echando las bases de una convergencia de intereses nacionales que de alguna manera sea capaz de recrear los pasos que condujeron a la creación de la Unión Europea, adquiere una nueva dinámica, en opinión del diplomático y analista político, luego del 11 de septiembre de 2001, cuando el ataque contra las Torres Gemelas, hace que Estados Unidos rediseñe globalmente su doctrina de seguridad nacional, situando como su principal enemigo estratégico a los grupos integristas de origen islámico.

Esto supone necesariamente, según Maira, el surgimiento de “dos Américas Latinas: una del Norte y otra del Sur, separadas por el Canal de Panamá, y donde la primera ha vuelto a ser parte del espacio periférico de seguridad de EEUU”. América del Sur, entonces, siguiendo esta línea de análisis, ha quedado fuera de este diseño. “Y en mi opinión –apuntó el embajador, no sin cierta ironía–, esto no es malo para los que vivimos en los doce países sudamericanos”.

Surge así “un espacio de autonomía relativa” para estos últimos países frente a Washington. Esta hipótesis, en cierta forma, admitió Maira, fue gestada en Itamaraty, la Cancillería brasileña, y luego hecha propia por otros países.

Así fue como en la cumbre de Cuzco (diciembre de 2002), se decide crear la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), “un espacio de alguna manera prematuro, hijo del voluntarismo brasileño. Y una prueba de ello es que Argentina adhirió a su creación, pero el Presidente Néstor Kirchner no concurrió a dicha cumbre”.

Avances, retrocesos y “legitimidad de origen”

Cuando se lanzó la idea de la CSN se estimaba, según Maira, que “la integración se articularía sobre dos pilares: la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y el Mersosur (Mercado Común del Sur). Pero en el camino estos dos pilares se nos fueron cayendo”.

Primero, la retirada de Venezuela de la CAN produjo un remezón, y luego Uruguay y Paraguay pusieron en la agenda del Mercosur el tema de las asimetrías, cuya resolución fue clave en el proceso de construcción de la Unión Europea, donde se inyectaron capitales en gran escala para superar el retraso de tres países con economías más débiles que venían de dictaduras militares: España, Portugal y Grecia”.

Como sea, se entendió que la CSN era “el lugar de confluencia de cuatro regímenes comerciales distintos: Mercosur, países andinos, Chile y el Caricom (Mercado Común del Caribe), que debían ser compatibilizados”. Y esa compatibilización, sin duda, no resultaba ni resulta fácil. No obstante, los presidentes de Uruguay, Tabaré Vásquez, y de Venezuela, Hugo Chávez, pidieron un programa concreto para instrumentar la CSN, y de ahí emergió el Grupo de Reflexión Estratégica, que fue integrado por Maira.

Todo esto en el marco de democracias que tienen, a juicio del diplomático chileno, que antes fue embajador en México, “legitimidad de origen”, como lo prueba el hecho de que “en el curso de un año, doce de los diecinueve países que en América Latina renuevan su gobierno en forma periódica, han tenido elecciones” Ello hace que se puedan rechazar con autoridad las “tachas” que desde afuera pretenden impugnar el proceso integrador en marcha.

La lógica con la que hemos avanzado es la lógica del mínimo común denominador. Definimos tareas centrales realistas, positivas y sólidas. Y contamos con la decisión y voluntad política de los Presidentes, porque un programa de integración no puede hacerlo sólo un grupo de delegados. Y dentro de ellas –subraya Maira-, son cuatro las tareas principales: conectividad, integración energética, rechazo a la exclusión y a la desigualdad, y fomento de las tareas de educación y culturales que contribuyen a reforzar una identidad común latinoamericana”.

“La cuarta gran región global integrada”

El embajador Luis Maira recalcó a continuación que la región está ante una gran oportunidad histórica que no debería ser desaprovechada. “América Latina puede ser la cuarta gran región integrada, junto a América del Norte, la Unión Europea y el bloque asiático, con Japón -que sigue siendo la segunda economía del mundo- y China, la potencia emergente, donde lo que se discute actualmente en Estados Unidos es en qué momento del siglo XXI China va a desplazar a EEUU como primera potencia mundial”.

Tenemos 17 millones y medio de kilómetros cuadrados de superficie –cuatro quintos del territorio de América Latina están en América del Sur–, 377 millones de habitantes, un producto bruto regional que alcanza aproximadamente los 1,5 trillones de dólares, y abundantes recursos energéticos, minerales, reservas de agua y alimentos, sumados a una rica biodiversidad, que nos hacen una zona privilegiada dentro del planeta”.

Por eso –añadió Maira–, los campos de trabajo los definimos con rapidez en este grupo de reflexión que entregó a los Presidentes, reunidos en la cumbre de Cochabamba en diciembre de 2006, un documento con sus conclusiones”.

“No es un tema ideológico”

El asunto –enfatizó– no tiene nada de ideológico. Las tareas de infraestructura y conectividad le van a servir tanto a gobiernos progresistas como conservadores, y son neutras en ese plano. Y así ocurre con los proyectos de integración física, que se llevan adelante a través del IRSA (Infraestructura para la Integración Sudamericana), que tienden a facilitar la creación de corredores bioceánicos o ejes de conexión, como los llaman ahora. Y así ocurre también con los planes de complementación energética, en los cuales han estado trabajando ahora, y han avanzado bastante, los Presidentes en Venezuela”.

La energía y la conectividad deben cumplir en nuestra región el mismo rol que ha cumplido el acero y el carbón en el camino de la construcción de la Unión Europea. Aunque no hay que olvidar –remarcó Maira- que el tema número uno en las agendas de la inmensa mayoría de nuestros doce países sudamericanos es cómo resolver los problemas de desigualdad y exclusión. Ese es el tema determinante por el cual van a ser juzgados a la hora de un balance histórico. Y en ese sentido, nosotros no nos debemos colocar bajo la sombra del Presidente tal o cual, o de un modelo ideológico de integración”.

La moneda, como dicen los mexicanos –señaló Maira, al concluir su intervención–, está en el aire. Y los respectivos Presidentes tienen en su mano la responsabilidad de concluir con éxito un proyecto que hasta ahora, en definitiva, sólo está a medio camino”.

Chacho” Alvarez: Cuidado con la sobreoferta

A su turno, el ex vicepresidente argentino y actual coordinador del Mercosur, como presidente de la comisión de representantes de los jefes de Estado que integran dicho pacto,  Carlos “Chacho” Alvarez, advirtió que el nuestro es un “continente balcanizado”, porque seguramente para más de alguien es un negocio la desunión de nuestros países.

Alertó además: “Cuidado con la sobreoferta de propuestas de integración”, considerando que los sectores conservadores son “altamente cuestionadores” de este proceso.

Si nos integramos, vamos a disminuir el nivel de amenazas del mundo global”, dijo el ex líder del Frepaso (Frente por un País Solidario), que fue compañero de fórmula de Fernando de la Rúa. Alvarez llamó a trabajar, en particular, en dos ámbitos concretos: el de la energía y las obras de infraestructura.

En relación a los temas energéticos, señaló que “he escuchado hablar que en Chile, por ejemplo, se plantea construir una planta de licuifacción de gas, para la cual se traería el fluido de Trinidad Tobago o Indonesia, cuando en los países vecinos hay gas. Pero, claro, hay un problema de confianza, que se puede transformar en una brecha por la que hay que pagar un costo”.

Y culminó su intervención con una pregunta profundamente cuestionadora para su audiencia: “¿Por qué no se puede hablar bien en este país del Mercosur? Se habla, en cambio, de hacer un eje del Pacífico con los altos, rubios y de ojos azules, dejando atrás a los negros del Atlántico...”, apuntó, sarcástico. “Y el último debate artificial que se ha planteado es la polémica que se ha intentado crear entre la disyuntiva de las energías fósiles y los biocombustibles, que afortunadamente ha podido ser superado”.

Alvarez reconoció, no obstante, que países como Chile y Uruguay tienen la obligación de diversificar su matriz energética en función de sus propios intereses nacionales. Y concluyó señalando que lo mejor en materia de integración es “avanzar paso a paso, como propone nuestro filósofo Merlo” (ex director técnico de Racing, el equipo del que también es hincha Néstor Kirchner).

Añadió como remate de su alocución que “si entran en disputa modelos ideológicos de integración (en alusión a la clásica diferencia hecha por algunos analistas entre países gobernados por una izquierda “populista” –el presunto “eje del mal” de Chávez, Morales y Correa- y otros bajo la égida de una izquierda “sensata”), estamos liquidados”.

(Especial para el Diario Hispano Chileno.com)
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