Nos encontramos en una situación jurídica realmente hilarante a la par que vergonzosa. La mediocridad del Gobierno le ha impedido percibir que ha restringido los derechos ciudadanos a un medio de información, aplicando una ley derogada por la nueva Constitución.
En efecto, la Constitución de 1998 simplemente garantizaba “El derecho a la libertad de opinión y de expresión del pensamiento en todas sus formas, a través de cualquier medio de comunicación” así como “el derecho a la comunicación” en forma lata, sin adjetivos.
Es la Constitución de Montecristi la que exige una información verificada. Y no como hace poco explicaba el Presidente, leyendo artículos que según él, demostraban que “la falta está en la ley”. El problema es que se equivocó de ley. No se ha percatado –pese a la millonada que gastó en ella- que el país tiene una nueva Constitución y que la ley que él leyó, es incompatible con el nuevo ordenamiento jurídico.
Y esto, porque la Constitución de Montecristi, obligaba a la inepta mayoría legislativa a aprobar la nueva ley de comunicación “en el plazo máximo de trescientos sesenta días” (disposición transitoria primera). Entonces, la vagancia de la Asamblea Legislativa y la mediocridad del régimen son la verdadera causa de que no exista la ley.
¿Cómo es posible que se atrevan a restringir el derecho a la libertad de información aplicando una ley inaplicable, hecho imputable a su propia desidia e ineptitud? Un conocido principio de derecho público enseña que nadie puede invocar su propia torpeza en beneficio propio.
No hay nada que festejar entonces. Salvo que la ineptitud y la mediocridad sean motivos de alegría. Y que además, debamos sentirnos felices de que el chef belga le dé de comer con nuestra plata a los comensales de Carondelet, mientras miles de ecuatorianos con el agua al cuello y obscuras, se preguntan si ellos podrán comer.
¡Viva la revolución!
Total, la plata es del pueblo. Y la plata del pueblo al fin y al cabo, “ya es de todos”...pero de todos los que están en el Gobierno.
¡A festejar se ha dicho!
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