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La Casa Blanca afronta una semana decisiva para relanzar la ansiada reforma de salud

lunes 22 de febrero de 2010, 00:37h

La Casa Blanca afronta una semana decisiva para impulsar la reforma de salud, con la celebración de una cumbre bipartidista el jueves a la que han confirmado que asistirán destacados legisladores del Partido Republicano.

El lunes, además, la Casa Blanca tiene previsto difundir las líneas generales de la nueva propuesta para reformar el sistema sanitario y poder dar cobertura a los 47 millones de personas que siguen sin un seguro médico.

La reforma del sistema de salud se encuentra paralizada en el Congreso, después de que los demócratas perdieran hace unas semanas un escaño clave en el Senado, el número 60, que les permitía contar con una "supermayoría" en la cámara alta.

A principios de febrero, el presidente Barack Obama anunció la celebración de una cumbre sobre la reforma sanitaria a la que asistirían congresistas demócratas y republicanos, en una muestra de que no iba a abandonar la que había sido su prioridad legislativa durante esta primera parte de su mandato.

Durante semanas, los republicanos han amenazado con no asistir a la cumbre, con el argumento de que los demócratas querían convertirlo en un 'escenario político' donde difundir sus ideas.

Pero hoy, algunos de los más importantes legisladores republicanos confirmaron su disposición a asistir, aunque consideran que los demócratas siguen con su postura "arrogante" al no querer rehacer la propuesta de reforma sanitaria desde cero.

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo hoy a la cadena Fox News que él y otros congresistas de la oposición "estaremos allí, dispuestos a participar", aunque todavía están discutiendo algunos detalles sobre el formato de la cumbre.

McConnell indicó, no obstante, que su partido continuará oponiéndose a los demócratas si persisten en su intento de seguir impulsando algunas de las reformas sin contar con los 60 votos necesarios en el Senado.

Según avanzó, hay una "variedad de opciones" que los republicanos pueden llevar a cabo para ralentizar el proceso legislativo.

El senador recordó además que algunos demócratas no están de acuerdo en ciertas partes de la reforma de salud, como el alto coste, unos 849.000 millones de dólares, lo que convierte la oposición a esta iniciativa en un factor "bipartidista".

"Creemos que la mejor forma de avanzar es ir paso por paso, e ir afrontando cada uno de los obstáculos, como el coste de la reforma, las demandas contra doctores y hospitales, la competencia entre las coberturas sanitarias entre estados, las asociación de planes de seguros médicos..." dijo.

No obstante, la Casa Blanca tiene las esperanzas puestas en esta cumbre, que espera que ayude a limar las diferencias entre los dos partidos.
Para el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, el presidente Obama acudirá a la reunión "con una mentalidad abierta, y espera que los republicanos también".

En su discurso radiofónico de ayer, Obama pidió "buena fe" a republicanos y demócratas en la discusión de la reforma del sistema de salud.

"Espero que vengan con un espíritu de buena fe. No quiero que esta reunión se convierta en un teatro político en el que cada parte formule declaraciones preparadas de antemano y trate de marcar puntos políticos", agregó.

"En cambio, solicito a los miembros de ambos partidos que traten de encontrar un terreno común en un esfuerzo por resolver un problema que ha estado con nosotros durante generaciones", señaló.

El gobernador de Misisipi, el republicano Haley Barbour, urgió hoy a los demócratas a abandonar su ambiciosa reforma de salud y, en su lugar, proponer cambios menores y más precisos.

En declaraciones a Fox, denunció que la propuesta demócrata provocará que se "dispare el coste del seguro sanitario", lo que hará que en sus estado se vea obligado a aumentar la presión impositiva en unos 150 millones de dólares.

Sin embargo, el gobernador de California, el también republicano Arnold Schwarzenegger, invitó hoy a los miembros de su partido en el Congreso a trabajar codo a codo con el Gobierno y los demócratas para reformar el sistema de salud.

"Pienso que los republicanos deben sentarse en la mesa (de discusión) y aportar sus propias ideas, sean cuales sean", dijo a la cadena ABC.

"Si hay voluntad (de encontrar un terreno común), entonces se puede lograr. Si de verdad quieres servir al pueblo estadounidense, y no solo a tu partido, creo que podemos encontrar un terreno común", señaló.

El plan de reforma que la Casa Blanca va a bosquejar mañana lunes, se espera que sea similar a los proyectos que tiene sobre la mesa el Congreso, en el sentido de que contemplará ayudas para las familias que no pueden permitirse un seguro medico, incentivará a las empresas a dar cobertura a sus empleados, y expandirá el Medicare, que da servicio a los más pobres.

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