La piel de Ana de Barada

El hotel Villa Real de Madrid fue el escenario de la puesta de largo de Ana de Barada. Ana de Barada es joven, pero tiene las ideas tan claras que se va a comer el mundo antes de que cuente diez. Estaba toda la prensa que tenía que estar, que para eso Rosa María Vallés se las pinta sola y la prensa se deshizo en elogios. Porque Ana de Barada es la primera colección de bolsos que sale del magín de Guillermo Torino, un crack de los negocios, al que fichó Ana María Valle, la empresaria de Ubrique que ha visto la oportunidad de darle el definitivo empujón a la piel que se trabaja en su tierra.

Ana María Valle empezó por el principio; es decir, contrató a Guillermo Torino, un profesional con muchos tiros dados en el mundo de la moda, para que le pusiera en órbita su marca, Barada. Una marca que fabrica bolsos, pero que en poco tiempo lanzará al mercado prendas del estilo del traje pantalón de piel negra que lucía la empresaria el día del estreno de la línea Ana de Barada.

Made in Ubrique

Ubrique, el pueblo de la serranía gaditana, al que antes de que apareciera en los carteles Jesulín todo el mundo asociaba a la piel, vuelve a los medios por mor de esta empresaria. Porque Ana María Valle se empeñó en contar a los periodistas que la presentación no sólo era para protagonismo de sus bolsos, sino que tenía la misión de devolverle a su tierra el caché perdido. Para ratificarlo estaba su alcalde, Francisco Javier Cabezas Cuevas, y un montón de paisanos, encandilados con que la idea de esta joven sirva para que otras firmas se sumen a una nueva aventura empresarial, en un momento en que el sector anda disperso, no sólo por la crisis, sino por la cantidad de profesionales que han sido contratados por la competencia internacional.

Ana de Barada venía con la vitola de haberse realizado íntegramente en Ubrique. De allí procedían la línea naranja Hermés, los bolsos de trenzado de cuero a modo de punto de calceta, que cautivaron a los periodistas; el bolso de cocodrilo propio para una ejecutiva viajera; los de potro en color albero, y los deliciosos reversibles, dos por el precio de uno. La sierra de Grazalema ha servido de inspiración para estas piezas que veremos en el otoño-invierno 2010-2011, en colores piedra, curry, albero, castaño, oliva metalizado, marrón, coral y negros y en materiales que van desde la napa de cordero a las pieles de avestruz, ternera, o lagarto.

A partir de ahora todas querrán tener un Ana de Barada en su armario.