No hay partido sin preocupaciones, lo estamos viento a diario. Ni siquiera hay día sin que algún problema roce o afecte a la Santa Madre Iglesia, que no está pudiendo celebrar los cinco primeros años de
Benedicto XVI con la alegría y festejos que hubiera deseado. Sobre la Iglesia está soplando el vendaval de los curas pederastas y, sobre todo, la actitud de extraordinaria tibieza y de ocultación a ultranza y durante muchas décadas que se ha llevado a cabo desde la dirección de la Iglesia, Papa, cardenales y obispos incluidos.
Pero algo parecido está ocurriendo con los partidos y sus problemas interiores. En el PSOE, por ejemplo, y ahora mismo, sin haber querido siquiera plantear la cuestión de si vale la pena intentar un candidato alternativo a
Zapatero para las elecciones de 2012, estamos comprobando lo difícil que resulta encontrar una posición común a Zapatero y
Montilla sobre el gran problema que les viene afectando a ambos, llamado Tribunal Constitucional. ¿Qué se puede hacer con esa instancia, de la que ha estado pendiente la clase política catalana en su conjunto, y que ahora se ve en la duda de si será más conveniente recusar a los magistrados o seguir esperando impacientemente hasta que decidan "entrar en razón" o hacer estallar las sinrazones acumuladas en un Estatut que ha querido ser Constitución de Cataluña?
En el PSOE viene preocupando, sobre todo, cómo salir de la crisis, y para recordarlo tiene ante sí a un PP que no cesa de recordarle sus "desastres de esta guerra", y que incluso está decidido a sumar todas sus fuerzas para hacer olvidar sus propios problemas.
Rajoy,
Aznar y
Rato han hecho el esfuerzo de reunirse juntos y de sonreírse los unos a los otros, aprovechando la presentación de un libro de
Luis de Guindos, porque no se resignan a una tercera derrota sucesiva de su candidato... Se han esforzado, también, por olvidar el Caso Gürtel, o el Caso
Matas, y de arremeter contra el adversario. José María Aznar ha proclamado que el paro, la crisis y el despilfarro forman parte del ADN del PSOE, Rajoy promete seguir el legado del presidente y de Rato si llega a la Moncloa... Y se hace preciso atender las aspiraciones de un aspirante, viejo en esa plaza,
Álvarez Cascos, de quien se está haciendo valedora su antigua amiga
Esperanza Aguirre.
Dice la lideresa "al partido", que no debe desaprovecharse la valía del ex ministro, aunque a no pocos ha disuadido la irrupción de un Cascos que llegó denunciando prefabricación de pruebas policiales en el sumario de la Gürtel. No pocos recordaron los viejos hábitos de la conspiración de "todos contra el PP...". Es evidente que el PP prefiere buscar asuntos propios y no ir al remolque de los que ofrece "la actualidad", y que se llaman
Bárcenas,
Merino, Matas y Gürtel. El PP prefiere arremeter contra
José Bono, sus finanzas y sus propiedades, o contra "el ADN de Zapatero". Es el coste de estar permanentemente "en el candelabro"...
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