Don Felipe manifestó que España es un país que ha acentuado su compromiso para promover las condiciones necesarias de justicia, igualdad, tolerancia y respeto, como bases permanentes del verdadero desarrollo, unas condiciones --precisó-- que se hacen necesarias para que la vida humana puede desenvolver todas sus capacidades.
El Príncipe Felipe aplaudió el "espectacular crecimiento" del voluntariado en España durante las dos últimas décadas, a pesar de lo cual reconoció que "queda mucho por hacer" para lograr el nivel de solidaridad y entrega "que deseamos, que es necesario y que tantos seres humanos demandan con razón".
Subrayó que el voluntariado merece la gratitud y reconocimiento de toda la sociedad española, que ve muchos de sus mejores valores materializados en esta actividad, y por ello consideró que el presente es un "momento propicio" para que los que integran el denominado Tercer Sector renueven su compromiso y su responsabilidad para potenciar aún más el número y la presencia de voluntarios.
Finalmente, identificándose con los principios que animan el movimiento voluntario y sus organizaciones, don Felipe confió en que este Congreso aliente la reflexión y refuerce y fortalezca el movimiento voluntario español, "eficiente y amplia expresión de la solidaridad de la sociedad española".
Libertad y capacidad crítica
Previamente, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se refirió al voluntariado como un instrumento para conseguir una sociedad más justa y solidaria, y reconoció la inteligencia e imaginación necesarias para "conseguirlo con eficacia".
Barreda también alertó a los voluntarios a estar prevenidos contra la instrumentalización por parte de las administraciones, para que las cada vez mayores ayudas que proceden de este ámbito, así como de las instituciones empresariales, "no supongan merma de la libertad y la capacidad crítica".
Por último, recordando su reciente visita a El Salvador para conocer cómo se está invirtiendo "la solidaridad" de los castellano-manchegos, recordó a los voluntarios que hay cosas que por difíciles que sean "se pueden cambiar" porque "otro mundo es posible y si nos organizamos sería probable".
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera --integrante del Comité de Honor de junto a los Príncipes de Asturias y Barreda--, confió en que este siglo XXI sea el de la igualdad y una época en la que desaparezcan las desigualdades algo para que hace que la ayuda al desarrollo se convierta en una "prioridad absoluta".
Caldera, consciente de que hay que reforzar los instrumentos de cooperación entre los poderes públicos y la sociedad civil, recordó la reciente puesta en marcha del Plan Estatal del Voluntariado o el Plan Estratégico de Organizaciones no Gubernamentales de Acción Social, iniciativas "que contribuyen a que en la sociedad haya más personas comprometidas" con estas causas.
Importan los otros
Previamente, la presidenta de la Plataforma del Voluntariado de España, Carmen Laviña, precisó que los voluntarios no son personas "del mí sino del tú", y animó a dar el salto del voluntarismo al activismo. También aplaudió como un "histórico cambio" que se haya subido del 0,52 al 0,7 por ciento la cuota del IRPF para cooperación.
Agradeció la implicación de las instituciones en temas sociales y añadió que, en una sociedad en la que se habla de "pasotismo", los voluntarios también "pasan" porque pasan "del sálvese quien pueda o de salir en la foto" y porque "pasamos de nosotros mismos porque lo que importan son los otros".
El alcalde de Toledo, José Manuel Molina, que abrió el acto con su intervención, declaró que la solidaridad es uno de los valores emergentes más destacados de los últimos años, y los voluntarios "la imagen más amable y esperanzadora de la España del siglo XXI".
A la inauguración del IX Congreso Estatal del Voluntariado, que se celebra hasta el próximo jueves en la capital regional, asistieron, entre otros, el delegado del Gobierno en la región, Máximo Díaz-Cano; el presidente de las Cortes, Fernando López Carrasco; el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares; el vicepresidente segundo del Gobierno regional, Emiliano García-Page; el consejero de Bienestar Social, Tomás Mañas, y el rector de la Universidad regional, Ernesto Martínez Ataz.