No está claro si en ese país impera una autocracia, una tiranía, una dictadura, un autoritarismo...
Qué es una "autocracia"? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se trata de un "sistema de gobierno en el cual la voluntad de un solo hombre es la suprema ley" y un "autócrata" es por tanto "aquella persona que ejerce por sí sola la autoridad suprema de un Estado". El término solía aplicarse a las monarquías absolutas; sin embargo, cada vez más se utiliza como sinónimo de tiranía o incluso de dictadura.
"Dictadura", según la definición de Wikipedia "es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador) ... que se caracteriza por la ausencia de división de poderes ... ".
Para aclarar la situación, vale la pena recurrir a ejemplos prácticos. Imaginemos un gobernante electo legítimamente en base a una Carta Magna democrática, pero que sin embargo desea modificarla para adaptarla a un régimen diferente. Siguiendo los dictámenes de esa constitución, decide consultar al pueblo -a través de un referendo- los cambios que quiere proponer. El mecanismo en principio luce democrático.
Ahora bien, si el pueblo rechaza los cambios propuestos, al gobernante no le queda otro remedio que acatar la voluntad popular. Si por el contrario decide llevar adelante su proyecto -sin cambiarle ni una coma- en la práctica se divorcia del sistema democrático en el cual se basaba su legitimidad.
Sin embargo, en un intento por salirse con la suya pero conservando las apariencias democráticas, el gobernante opta por recurrir al parlamento de su país para que a través de leyes orgánicas apruebe los mismos cambios que él no pudo lograr vía referendo. Al hacerlo, pierde aún más su legitimidad porque resulta evidente que ninguna ley puede estar por encima de la Constitución ni de la voluntad popular, más aún si ésta ha sido expresamente consultada.
En todo caso -sumiso- el parlamento decide olvidarse de la Carta Magna y aprobar todo cuanto el líder pide. Al hacerlo, también está perdiendo su propia legitimidad, porque está tomando decisiones que van, no sólo más allá del marco constitucional, sino que además contradicen la voluntad popular que alguna vez eligió con su voto a esos parlamentarios.
Simultáneamente, las contorsiones del poder judicial para otorgarle apariencia de legalidad a la voluntad del poder dominante, ponen de manifiesto que la independencia de los poderes públicos -una de las bases fundamentales del sistema democrático- ha quedado en entredicho. Cada vez es más evidente que uno solo de los poderes está tomando todas las decisiones y que quien lo ejerce se ha transformado en la suprema ley del Estado.
Son ilustrativas las palabras de James Madison (1751-1836), padre de la Constitución de EEUU, quien al igual que los más ilustres defensores de la libertad, advertía:
"La acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, en las mismas manos ... puede considerarse con toda exactitud, como la definición misma de la tiranía".
Sin embargo, cabe alegar que según la interpretación usual que se le da al término, en una "tiranía" no tiene que existir un fin último que guíe las acciones del Estado. El tirano no suele ponerse al servicio de una ideología.
Aquellos regímenes en los cuales se pretende presentar "un fin último superior" para legitimar las acciones del Estado, suelen conocerse como "totalitarios". Sus características son:
" Existe un líder supremo cuya imagen es ensalzada por todo el aparato del Estado.
" Existe una ideología que es defendida por el líder.
" Existe un objetivo que consiste en imponer grandes cambios a la sociedad.
" El derecho se pone al servicio del líder y de la ideología.
" Se pretende extirpar las formas de pensamiento opuestas recurriendo al adoctrinamiento y la reeducación.
" El líder busca el apoyo y el control de las masas para imponer la ideología.
" El líder pretende ejercer todo el poder sin limitaciones ni restricciones.
No está claro el tipo de gobierno que existe en el país imaginario que hemos venido utilizando como ejemplo. No está claro si el fin último que allí se pretende consiste en imponer una ideología, o si más bien lo que se intenta simplemente es imponer una nueva oligarquía que controle simultáneamente todo el poder económico y el poder político. No está claro si en ese país impera una autocracia, una tiranía, una dictadura, un autoritarismo o un totalitarismo. Lo que sí está claro -¡clarísimo!- es que en ese país la legitimidad democrática está podrida.
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