Granado, un "ministrable" escéptico
domingo 05 de septiembre de 2010, 21:45h
El pasado 11 de junio 'El Mentidero' comentaba lo bien colocado que aparecía el Secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, ante una previsible crisis de gobierno a realizar por Zapatero. El alcance de dicha crisis no está muy claro, pero sí la salida del ministro Celestino Corbacho, titular de Trabajo, justamente la cartera en la que encaja como un guante el político burgalés.
Si la lógica y el sentido común se impusieran, Granado sería el candidato idóneo para suceder a Corbacho, máxime cuando, después de aprobada la polémica reforma laboral, el próximo reto del Gobierno en materia social consiste precisamente en reformar el sistema público de pensiones, realidad que conoce como nadie quien lleva los seis últimos años al frente de la Seguridad Social.
Su nombramiento sería además un gesto de Zapatero que no le vendría nada mal al alicaído PSOE de Castilla y León Castilla y León, que, tras la salida de Jesús Caldera y el traslado de José Antonio Alonso a la portavocía socialista del Congreso, perdió al comienzo de la legislatura su cuota ministerial. Pero la lógica y el sentido común no son los factores que más pesan en las decisiones políticas, y menos cuando se trata de nombrar ministros, algo sujeto siempre a imponderables y condicionantes como las cuotas, el encaje de piezas sueltas o nunca se sabe que compensaciones pendientes. De ello es plenamente consciente un político tan avezado como Granado, quien por eso se mantiene escéptico al respecto y preferiría que no se especulara mucho con su nombre. La solución, el próximo mes de octubre.