En España hay cerca de un millón de hogares con tres o más hijos, aunque sean menos de la mitad los que figuren en el censo oficial de familias numerosas. Y el 92 por ciento de estas familias se sienten penalizadas por el número de hijos, y sólo un 8 por ciento consideran que reciben las prestaciones justas. En un congreso celebrado en Madrid en los últimos días, se ha puesto el dedo en la llaga: "La sociedad reconoce que las familias con más hijos que la media cubren la tasa de reposición demográfica, pero no hay voluntad política para tomar medidas concretas que de verdad favorezcan a esas familias”.
Los signos de los tiempos, dependientes de la realidad económica y social, soplan en dirección contraria a las familias numerosas, y bien a la fuerza o por voluntad propia, han desaparecido prácticamente de la escena española aquellos hogares en que nacían y crecían diez o doce hijos, y en que la alimentación, el vestido y la educación
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eran un milagro cotidiano. Sin embargo hay actualmente, como decimos, un millón de hogares españoles con tres o más hijos, y no se trata del fruto de una irresponsabilidad sino de una decisión libre y elogiable que merece el apoyo de la sociedad.
Hasta hace poco se decía que una familia numerosa era consecuencia de la pertenencia de los padres al “Opus Dei”; ahora se ha añadido que ese modelo familiar se suele producir casi exclusivamente entre inmigrantes… No entramos en esos matices religiosos o sociológicos sino, sencillamente, en la necesidad de ayudar a quienes, voluntariamente, opten por traer hijos al mundo, por mucho que el mundo esté patas arriba…Es cierto que existen leyes de protección y proyectos como el de “más hijos igual a más pensión”, pero muy pocas veces se cumplen.
Por lo demás, nos fijamos en otra noticia muy distinta, pero que subraya también la falta de respeto a la libertad individual, y es el asesinato, ayer domingo, de 58 personas en una iglesia católica de Bagdad. Ayer el Papa
Benedicto XVI, que dentro de muy pocos días viajará a Barcelona y a Santiago de Compostela, precisó que ese atentado terrorista era aún más salvaje al haber perdido la vida en él gente inocente que se encontraba congregada en la Casa de Dios, que es una casa para el amor y la reconciliación”. La minoría cristiana de Irak es un objetivo frecuente de “Al Qaeda”, que ya ha atacado con bombas varias iglesias y asesinado a sacerdotes y a fieles. Visto desde un país como España, en que convivieron históricamente y conviven en la actualidad judíos, musulmanes y cristianos, llevar las creencias religiosas al paredón de fusilamiento es una prueba de intolerancia, de fanatismo y de crueldad que avergonzaría a las alimañas.
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