España es un Estado heterogéneo y multicultural. Nuestra organización política, basada en el Estado de las Autonomías, indica que el mapa electoral se construye no solamente con la fuerza política de los dos partidos mayoritarios, sino que una gran parte de los ciudadanos se encuentran expresados en otras alternativas, y que por lo tanto, forman parte muy activa del mosaico electoral.
Si se constituyen "lógicas de poder" pues se implementarán procesos activos de concentración electoral que no tendrán en cuenta a las minorías. Este modelo, propio de los "Partidos de Poder", está confrontado con la esencia misma del sistema democrático, ya que excluye a ciertas minorías, que conforman mayorías puntuales, dentro de sus Comunidades Autónomas.
Los "Partidos de Gobierno" tienen una visión mas integradora. Producen "políticas de consenso" para que las "minorías autonómicas" no queden aisladas y se sientan partícipes e integradas en las políticas de estado. Evidentemente, este trabajo es duro, pero es la única herramienta que existe para que todos los ciudadanos se encuentren representados dentro del marco político que impone el Estado de Derecho.
La búsqueda constante de nuevas mayorías es fundamental para que exista un equilibrio entre las fuerzas locales y los partidos de proyección nacional. El Estado de Derecho se oxigena constantemente en la riqueza de no permitir "mayorías absolutas", las cuales no suelen ser propensas al diálogo y a la integración de las minorías.
El resultado de estas elecciones nos demuestra claramente como el "Partido de Gobierno" va a sacar rentabilidad de las políticas de consenso que ha mantenido durante toda su gestión. El "Partido de Poder" será poder por su "lógica de poder" y esa lógica lo lleva a caminar en solitario, con muy escasos apoyos de otras fuerzas políticas, porque cuando se acumula poder, no se acumulan consensos y se hiere profundamente, a la democracia participativa.
Carlos Fernández Rial
Secretario de Comunicación del PSOE en Argentina
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