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El Guardia Civil que luchó por la libertad

El Guardia Civil que luchó por la libertad

jueves 31 de mayo de 2007, 22:09h

Resulta que yo ya me he muerto y, además, dos veces. Una de ellas fue allá por el año 1997. A la una de la noche entro mi buen amigo Ángel Díaz Sol con su compañera Consuelo en un bar que frecuentábamos ambos. Al verme se tambaleó y tuvo que apoyarse en la pared. Consuelo  iba a caer redonda al suelo, cuando dos amigos la sujetaron. “!Pero si estás vivo¡”, exclamó Ángel. Según confesó, llevaba dos noches en Madrid recordándome como, según él, me hubiera gustado: echando unas copas.

La cuestión era que hacía unos días había fallecido mi hermano Guillermo y un amigo de Ángel, al leer la noticia en El País, habló con Diaz Sol y le dio el nombre cabiado. Esa noche la pasó con todos los amigos y de vez en cuando, cuando pedía una copa exclamaba ”Que pague el resucitado”. Según dicen, eso son diez años más de vida..

Pero sin irnos tan lejos en el tiempo, el pasado 26 de mayo, en Barcelona, pasó lo mismo. Mis antiguos compañeros de la UMD habían asistido al funeral de Luís Alonso, capitán retirado de la Guardia Civil y l llegar al tanatorio y ver su cara de sorpresa y asombro pregunté que les pasaba. La hija de una de ellas había llamado  para decir que había escuchado por la radio que Fernando Reinlein había muerto. “¡Y van dos veces!”, pensé. La cosa tenía su explicación: la necrológica escrita sobre la muerte de Luis Alonso en El País, leída por la SER había sido la causa de la confusión de la niña. Otros diez años más que tengo que agradecer al bueno de Luís Alonso, al que habíamos acudido a despedir.

Era un gran hombre, con una escala de valores de primer orden que había luchado por la libertad de España, por ls democracia y en contra de los desmanes de algunos mandos de entonces. Miembro activo de la UMD – el único Guardia Civil que se apuntó con todas sus consecuencias a la organización – se enfrentó a Antonio Tejero, entonces jefe de la Guardia Civil en Tolosa y tristemente famoso años después por la toma del Congreso.

Tejero le había ordenado que reprimiese una manifestación pacífica en la ciudad y Luis Alonso pactó con el alcalde. Todo transcurrió en orden. Tuvi que optar, allá por 1976, entre obedecer a la autoridad civil o a la militar y l opción tomada le costó dos meses de arresto en la prisión militar de Ferrol. Así era Luís. Acosado por mandos y compañeros, que sin embargo siempre reconocieron su valía profesional, se vio obligado a dejarla carrera militar y ejerció la abogacía en Barcelona.

En los últimos años participó muy activamente en el Foro Milicia y Democracia (FMD) del que fue fundador, para lograr que una iniciativa parlamentaria sobre el reconocimiento a la labor de la UMD saliese adelante, pero el veto de los ministros socialistas Bono y Alonso, lo impidió. Todavía andan discutiendo sobre qué hacer. Luís Alonso  no lo verá – si es que alguien lo ve algún día, porque ya comienzan a silbar las balas - pero deja entre todos los que le conocimos un sentimiento de lealtad, compañerismo, compromiso y honor que son valores muy superiores a cualquier tipo de reconocimiento oficial.

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