Assange, de 39 años, fue arrestado por la mañana en cumplimiento de la orden de detención europea emitida por la fiscalía sueca, tras personarse voluntariamente ante la policía británica.
WikiLeaks anunció enseguida que a pesar de la detención de su jefe continuará con la difusión prevista de los 250.000 cables confidenciales de la diplomacia norteamericana iniciada hace 10 días y que provoca la ira creciente de Estados Unidos y de otros países concernidos por las revelaciones.
En la primera comparecencia de Assange en el tribunal de primera instancia de Westminster, el juez Howard Riddle denegó su puesta en libertad pese a que tres personalidades británicas, entre ellas el cineasta Ken Loach, ofrecieron 20.000 libras (31.600 dólares, 23.700 euros) cada una para pagar la fianza.
El ex hacker, vestido con traje azul marino y camisa blanca sin corbata, reafirmó su intención de luchar contra su extradición a Suecia, que emitió la orden para interrogarle después de que dos mujeres le acusaran de violación y agresión sexual en agosto pasado.
"Estas son unas acusaciones sumamente serias", declaró el juez Riddle en dirección a Assange, que parecía tranquilo.
Los abogados temen que si es extraditado, Assange acabe por ser entregado a Estados Unidos, país que ha amenazado con llevarlo ante la justicia en represalia por las filtraciones. Los suecos dicen que esa no es su intención.