www.diariocritico.com

Terrorismo político contra el liberalismo

viernes 14 de enero de 2011, 13:11h

Me preocupan y muy mucho, los ataques que diariamente surgen en la opinión publicada, contra el liberalismo económico y por ende contra el social, basados en que la crisis que vivimos en Occidente  pretende resolverse con el autoritarismo en las decisiones sobre las reformas necesarias para hacer frente a la crisis, cuando está claro que dando libertad estas se implantan por si solas. Es el caso de Nissan en Barcelona, donde con tal de que se fabrique allí determinada furgoneta, los obreros están dispuestos a trabajar más horas, rebajarse los salarios, etc. etc. para ser competitivos y alargar la vida de la fabrica unos 10 años, palabra mágica competencia que ni se menciona en las reformas planteadas por el Gobierno, pero tampoco por la oposición.

Todas las discusiones se centran en rebajar costes para el Estado en pensiones, salarios etc. pero no en facilitar a los empresarios la supervivencia en su caso, ¡parece que los 20 días por año de indemnización, en caso de problemas coyunturales, están en el alero y ello será determinante para la quiebra de muchas de ellas! o la creación de nuevas empresas con menos problemas administrativos y menos impuestos, y menor nivel de responsabilidades para el empresario en caso del fracaso de su proyecto, lo que animaría a cientos de miles de ellos a lanzarse al ruedo con el consiguiente beneficio para la economía de España.

En cambio todo el problema se centra en la llamada dictadura de los mercados, como si los mercados fueran personas y no un fenómeno socioeconómico, al que acusan de especulación, usura etc. etc.como si los poseedores del dinero no fueran libres para adquirir, prestar o hacer lo que quieran con sus activos.

Según el Ensayista Georges Corm que asevera: “Las tormentas que se han abatido sobre algunas economías europeas -sobre todo Grecia, Irlanda, Portugal y España- han obedecido a actuaciones de especuladores profesionales… con el concurso, que no puede faltar, de las declaraciones desafortunadas de algún dirigente europeo, el descenso inopinado de la calificación de los bonos u obligaciones de un Estado a cargo de alguna de las famosas agencias de calificación de la situación crediticia de los prestatarios o la escalada informativa de los principales medios de comunicación que fustigaron los excesos de tal o cual país, factor susceptible de poner en peligro el conjunto de las economías europeas.

Se ha producido, pues, una avalancha de especuladores profesionales que han provocado brutales descensos bursátiles, ventas a gran escala de títulos de deuda que son presa de especulación, movimientos desordenados de las tasas de cambio entre el euro y el dólar. Y eso se denomina la dictadura de los mercados; es decir, el reinado del enriquecimiento sin causa de los especuladores profesionales, con la ayuda de medios de comunicación escrito y televisivo que tienen la dictadura en cuestión por una ventaja. Los especuladores constituirían un mal necesario dado que, gracias a ellos, el funcionamiento de los mercados ejercería de guardián que hace entrar en razón a los malos alumnos. Los especuladores realizarían, de este modo, la útil tarea de regular y armonizar los mercados de acuerdo con las realidades económicas, corrigiendo los desequilibrios, anomalías y disfunciones. El mundo se convierte, por tanto, en una jungla donde sólo sobreviven las economías, bancos o empresas mayores; las demás son castigadas por los mercados “ y concluye : “No sería hora, pues, de abandonar discusiones estériles sobre el diálogo de religiones y civilizaciones o sobre una mejora marginal aquí o allá de lo que queda de control sobre los mercados y de unos controles desmantelados alegremente durante los últimos cuarenta años bajo el efecto del paraíso económico imaginario prometido por la ideología neoliberal? ¿No sería hora de abordar de forma inteligente y matizada los problemas reales de millones de parados que genera el neoliberalismo, de campesinos desarraigados sin miramientos en India, China, África, Oriente Medio, de inmigrantes pobres a los que se ha tentado con el paraíso y que mueren en la travesía del Mediterráneo o en la frontera entre México y Estados Unidos o que se convierten en desarraigados sin horizontes? ¿No es hora, en fin, de que la preocupación por la justicia y la igualdad de oportunidades vuelvan a primer plano de la escena en lugar de la dictadura de los mercados y del diálogo estéril de las religiones y las civilizaciones?

Como pueden ver todo un discurso socio-marxista, puesto que Corm es un libanés, ex ministro de finanzas, que en plan Keynesiano vuelve a creer en la economía planificada, cuyo fracaso tanta miseria trajo al mundo en el S.XX.

Pero lo peor está por llegar cuando Alvaro Delgado-Gal nos habla desde ABC de Anthony de Jasay, economista liberal de la escuela austriaca que ha escrito un ensayo que ha provocado un profundo malestar entre los liberales “De Jasay identifica la democracia con un procedimiento electivo basado en la voluntad de la mayoría. Cada cierto tiempo, pongamos cuatro años, se hace con el poder el que ha conseguido reunir un número de sufragios superior o igual a la mitad más uno. El resultado es una transferencia constante de recursos desde los ricos a los pobres. Los segundos, en efecto, son más que los primeros, y por lo mismo tenderán a apoyar políticas redistributivas que les sean favorables. El proceso, llevado a su conclusión lógica, debería conducirnos a una situación equivalente a lo que los físicos denominan «muerte térmica» de un sistema. Un sistema ha alcanzado la muerte térmica cuando no se registran diferencias de energía entre sus partes. Mutatis mutandis, en una sociedad sometida a políticas indefinidamente redistributivas la renta de cada individuo terminará por igualarse con la de los otros individuos. En el trance, entra en declive la acumulación de capital, aumenta la resistencia a las adaptaciones estructurales y se dispara la deuda pública. Esto es lo que, según De Jasay, está ocurriendo en las democracias occidentales, máxime en Francia y España. Y esto, igualmente, es lo que no está ocurriendo en naciones como Indonesia, Singapur o Corea, incursas todas ellas en un círculo virtuoso de inversión y crecimiento. Occidente, en fin, se ha puesto a rodar cuesta abajo”.

Esta crítica de la Democracia y por tanto de la libertad de elección, le puede llevar a decir  que con autoritarismo se pueda cuidar mejor de la libertad, en este caso ya no solo de los mercados, sino de los individuos y aunque no hay fascismos por ahora en perspectiva, como en la crisis del 20, sí que hay tentaciones totalitarias, como por ejemplo la falta de democracia interna de los partidos españoles, con caso recientes flagrantes como Leguina, Goméz o Alvarez Cascos en lucha por hacer política dentro de sus partidos, sin conseguirlo.

Hay que estar alertas y vigilantes, incluso en nuestros propios clubs liberales a que los tentáculos del pulpo Leviatan de la partitocracia nos alcancen con su largo brazo y reduzcan a cenizas la independencia y la libertad con tanto sudor conseguidas.


BERNARDO RABASSA ASENJO

PRESIDENTE DEL CLUB LIBERAL ESPAÑOL

PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN FIECS

“INSTITUTO EUROPEO DE COMUNICACIÓN SOCIAL”

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios