EN LA LÍNEA

En la Línea

Por Félix Fuentes

EN MANOS DE CALDERON, ESPADA DE  LA DIGNIDAD

Junio 8-07 En la lucha por el poder, el sector privado ha hecho cuanto puede para imponerse al gobierno emanado del pueblo y someterlo a capricho. Es la larga lucha que se inclinó hacia particulares con el surgimiento de la televisión y medios de comunicación en general. Pero en esta semana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación puso en manos del Presidente Felipe  Calderón  las armas para frenar el desconmunal abuso.

Cuando el “Tigre” Emilio Azcárraga consolidó su imperio en la era del PRI, el nacionalista Jesús Reyes Heroles elevó su voz en la primera Reunión de República y denunció los  cotos de poder que empezaban a imponerse a la Federación. Al término de aquel acto denunció a Televisa.

El primer mandatario de entonces, José López Portillo, cedió a amenazas de la televisora y despidió a Reyes Heroles. A partir de entonces, la empresa  acumuló influencia ilimitada mediante 258 estaciones de TV., 224 de su propiedad y 34 afiliadas. Además cuenta con 40 estaciones de radio principales y 88  secundarias.

Vicente Fox se comportó magnánimo con los medios electrónicos. Canceló por decreto el 12.5% del tiempo que por ley cedían al estado e impulsó la “Ley Televisa” a fin de eternizar las concesiones a los actuales beneficiarios, permitiéndoles la utilización de nuevos servicios –entre otros la digitalización-, sin participar en licitaciones ni exentos de pagos de impuestos.

Además, Televisa recibió mas de 60 licencias de casas de juego, entregadas por el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, lo cual ha incrementado el vicio de apuestas en la república, la prostitución y el tráfico de drogas. Por cierto, cuando murió “El Tigre”, la empresa estaba al borde de la quiebra y en días recientes se dio  el lujo de ofrecer 11 mil millones de dólares por Univisión.

Esos y otros motivos  influyeron en los ánimos de   nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para desechar dos artículos fundamentales de la Ley Federal de Radio y Televisión –los 28 y 28A-, a fin de impedir que las concesiones electrónicas sean eternas. Así canceló las ominosas subastas y concesiones obligadas a 20 años.

Dicha ley habrá de ser modificada en el Congreso de la Unión  y se establecerá que cada concesión sea licitada a su término, con lo cual concluirá el refrendo automático. Y los beneficiados deberán pagar derechos económicos al Estado. Ya no serán gratuitos, como lo aprobaron legisladores panistas y del PRI,  entre éstos Emilio Gamboa Patrón y Enrique Jackson.

Un impulsor de la “Ley Televisa”, el senador blanquiazul Federico Döring, dijo no tener mal sabor de boca por el fallo de la Corte y porque “solo dos artículos” de la Ley de Radio y Televisión fueron declarados inconstituciones. Ni eso reconoce, en su pobre visión. Ambos artículos, el 28 y el 28A otorgaban privilegios multimillonarios por decenas de años a las televisoras.

Toca a Felipe Calderón y al Congreso cerrar caminos al poderío de particulares. Es la oportunidad del Presidente de imponer autoridad y rescatar la soberanía nacional. Después de todo, Televisa se disciplinó a las decisiones de la Corte.

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